Crecen lazos de cárteles en LA

Departamento de Justicia alerta de posibles brotes de violencia en la zona

A las autoridades impresionó que la metanfetamina que distribuían las pandillas Los Amables y Westside Pomona Malditos en el Sur de California tuviera un 99% de pureza, un ejemplo de que provenía directamente del lugar de producción en el sureste de México.

“No había intermediarios”, precisó Lourdes Arocho, vocera de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). “Eso nos indica que tenían una relación directa con La Familia Michoacana”, dijo.

La portavoz se refiere al reciente arresto de 16 presuntos integrantes de ese cartel y de las citadas bandas, como parte de las 27 personas que operaron una red de distribución de droga en Los Ángeles.

Se trata del último caso que expone una estrecha alianza entre mafias aztecas y pandilleros de Estados Unidos, algo que podría resultar en un brote de violencia en este país, alerta un reporte de inteligencia del Departamento de Justicia (DOJ) que obtuvo La Opinión.

Un boletín del Departamento de Justicia de California con fecha del 25 de marzo de 2011 advierte que altos mandos de los cárteles del Golfo y Sinaloa “han dado instrucciones a sus operadores en Estados Unidos de que empleen fuerza letal contra agencias del orden en Estados Unidos para defender sus cargamentos de droga”.

Y ya lo han hecho. Al menos siete enfrentamientos a balazos se registraron en cultivos de marihuana en reservas forestales de California en 2010. Todas las bajas han sido del lado de los traficantes.

“Han ocurrido balaceras en otras partes de California que han terminado con la muerte de un par de sembradores, por eso estamos muy preocupados”, comentó hace unas semanas el sargento Robert Mc Hahon, líder de la Unidad de Erradicación de Marihuana del Sheriff de Los Ángeles (LASD). Lo que más preocupa al gobierno de EEUU es que la rivalidad entre los narcos se está transfiriendo a sus aliados.

El FBI revela que la Mafia Mexicana, que controla desde prisión a casi todas las pandillas del Sur de California, ha pedido a su grupo de choque, Los Sureños, que emigre a El Paso, Texas, para ayudar al cartel de Sinaloa a contrarrestar la influencia del cartel de Juárez y su socio, la banda Barrio Azteca.

Más del 36% de las corporaciones policiacas reportaron en 2011 que las bandas en sus jurisdicciones tienen lazos con traficantes aztecas, según el Centro Nacional de Inteligencia Pandilleril (NGIC).

“Yo creo que es más que eso”, comentó Eduardo Cordero, supervisor del Departamento de Libertad Condicional del condado de Los Ángeles. “Este tipo de negocios no son nuevos, tienen décadas”.

Debido a que la delincuencia organizada está cometiendo más secuestros para obtener ganancias, el gobierno estadounidense teme que éstos se enfoquen ahora en residentes de la frontera suroeste.

Informes de inteligencia exponen que La Familia Michoacana, que intenta tomar control del Valle de San Gabriel, ha establecido grupos de comando y control en ciudades de EE UU que reportan a sus líderes en México sobre la distribución de droga en las calles, según el DOJ.

“Cada vez están trabajando más con los cárteles”, asegura Gabriel Morales, fundador de la Asociación Internacional de Investigadores de Pandillas Latinas (ILGIA). “Y habrá más alianzas en el futuro, porque los cárteles tienen la droga y los pandilleros saben cómo distribuirla más rápido aquí”, señaló.

La NGIC menciona que esta creciente colaboración ha alterado la dinámica del narcotráfico, ya que los pandilleros, que tradicionalmente servían como distribuidores minoristas sin contacto con los productores, ahora están adquiriendo grandes cantidades de droga directamente de los cárteles.

Y algunos pandilleros no esperan a que los narcóticos lleguen a sus vecindarios, sino que cruzan la frontera para adquirirla en territorio mexicano (el pago pueden ser armas y equipo militar, o por haber vigilado las rutas de tráfico, recogido ganancias o cometido secuestros), indica la dependencia.

“Las alianzas existen porque ambos están tras lo mismo: el dinero. El cártel necesita que alguien venda esa droga aquí”, comentó Arocho, vocera del FBI.

Cordero explica que estos pactos han surgido desde hace unos 30 años por los lazos familiares de los pandilleros latinos, pero también porque capos mexicanos extraditados a prisiones de EEUU o sus operadores detenidos aquí han conocido a líderes de la Mafia Mexicana.

Una pandilla, precisa, puede colaborar con distintas organizaciones, enfocada sólo en las ganancias. “Los cárteles sólo entregan la droga y reciben el dinero, no existen lealtades”, comentó el experto.

La Oficina en San Antonio del FBI, informó en 2010 que las pandillas Calle Treinta de San Diego, la Mafia Mexicana de Arizona, y Barrio Azteca, Texas Syndicate, Tri-City Bombers y Tango Blast de Texas, han participado en secuestros ordenados por las mafias de México.

A lo largo de la región fronteriza oeste, la Policía de San Diego ha detectado asimismo que las pandillas cometen raptos, cruzan la frontera con la víctima y la entregan a escuadrones de ejecución en México.

Un dato revelador es que Los Zetas han logrado lo que pareciera imposible: que el grupo supremacista Hermandad Aria de Texas (ABT) ponga a un lado su ideología para recibir cargamentos de droga a cambio de dinero, ejecuciones y armamento militar, según un boletín del FBI del 2010.

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