Ex ofensores y su voto inexistente

Se supone que en las democracias el votar es un derecho; sin embargo en la democracia estadounidense más de 5 millones de ciudadanos no pueden participar en el proceso electoral.

Como muestra un reporte de julio de este año de The Sentencing Project, un número récord de 5.85 millones de criminales convictos no pueden votar en este país, constituyendo una cifra altísima que incluso podría decidir las próximas elecciones, ya que según datos de Gallup Politics, el ganador para presidente de Estados Unidos dependerá de un margen de 2 puntos o alrededor de 2.5 millones de votos.

Y de acuerdo con The Sentencing Project y la American Civil Liberties Union (ACLU), las comunidades de color son las más afectadas por esta pérdida de derechos electorales. Además de que EE.UU. es el país con la población carcelaria más grande del mundo, con 2.2 millones de adultos y jóvenes tras las rejas y más del 60 por ciento de ellos de minorías étnicas, según la ACLU.

En Illinois, las personas no pueden votar mientras estén en la cárcel, pero recuperan este derecho una vez que han cumplido su sentencia, según la National Conference of State Legislatures (NCSL).

Hay estados muy evolucionados, como Maine y Vermont, donde los prisioneros pueden votar desde la cárcel, se indicó. No obstante, estados maravillosos como Florida, Iowa, Kentucky y Virginia prohíben a los ex-convictos votar de por vida, a menos que reciban un perdón del Gobernador, según la NCSL.

Es por eso que grupos como la ACLU y la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) están luchando para que a estas personas se les restauren sus derechos.

Pero a la mayoría de académicos, activistas y analistas latinos que promueven el voto latino esto parece no importarles, ya que ha estado completamente ignorado de sus discursos pro-voto. Y eso a pesar del alto numero de latinos, jóvenes y adultos que tienen un récord criminal o que se encuentran en el sistema penitenciario.

Hace varios meses, asistí a una conferencia sobre la industria de las prisiones en EE.UU. y las comunidades latinas y afroamericanas de Chicago. Unas personas del Alternative Education Research Institute (AERI) impartieron un taller sobre programas para reinserción de ex ofensores, y dijeron que más del 85% de las personas que estaban en la cárcel de la 26 y la California ya habían estado antes en prisión, y que cada tarde 2,000 personas salían de allí supuestamente reinsertarse en la comunidad, sin recursos a donde acudir.

Estas personas enfrentan un castigo invisible, obstáculos para que los contraten en un empleo, para recibir cierta ayuda pública, para aplicar a determinadas licencias para trabajos y en algunos estados prohibición para votar.

¿Qué pueden hacer? Luchar por sus derechos, decían los del AERI, asi como lo han hecho los afroamericanos, o las mujeres, o las personas con discapacidad o los inmigrantes o la comunidad LGBT.

A los ex ofensores que pueden hacerlo, se les pide que se registren para votar y luchen por sus derechos votando en bloque, y demostrando su poder.

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Chicago Elecciones Latinos prisión voto

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