Editorial: ¿Qué nos depara el futuro?

"Tenemos un potencial increíble de cambiar el país e incluso el mundo. Sería el colmo que dejásemos pasar esta magnífica oportunidad que se nos presenta"

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Crédito: GR / ImpreMedia

En un hecho irrefutable que la fuerza política de los latinos y latinas que residimos en los Estados Unidos es cada vez mayor. Para muestra, un botón: 7 de cada 10 latinos votó por Barack Obama y no faltan los que aseguran que le debe a la comunidad hispana su segundo término en la Casa Blanca.

Pero una cosa es tener poder y otra muy distinta es ejercerlo para avanzar. Ahora que no cabe duda de que somos una fuerza innegable, y además imparable: ¿Qué haremos para adelantar los intereses de nuestra gente?

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de definirnos como comunidad es el hecho de que somos un ente heterogéneo, diverso por definición e imposible de clasificar en una sola casilla; por más de que se trate de encajonar a todo el mundo bajo el sello de la denominada hispanidad.

Si bien es cierto que compartimos un sinnúmero de características y aspiraciones, nosotros sabemos muy bien que nos dividen los prejuicios, las desventajas propias de la pobreza que arropa a miles de nuestros hermanos y -admitámoslo- la falta de solidaridad.

Si no comenzamos por declararnos hermanos y hermanas, sin importar la nacionalidad de procedencia de nuestros padres, abuelos y antepasados; de nada vale que la estadística indique que somos muchos. Si en la vida pública y cotidiana no le damos vida a los valores que nos inculcaron en casa, el poder adquirido sólo servirá para satisfacer las necesidades privadas de unos pocos y habrá sido en vano el sacrificio anónimo de todos los que abandonaron su terruño en busca de una vida mejor en Estados Unidos.

Hasta que no nos pongamos todos de pie, de alguna manera seguiremos agachados, porque el prejuicio es más grande que los individuos y no conoce de excepciones a la hora de cobijar a todos con su inmenso manto de generalidades. Si no perdemos el norte, puede que dentro de muy poco tiempo alguien cuyo nombre sea, por ejemplo, María Rodríguez, se convierta en la primera presidenta latina de la nación más poderosa del planeta.

Los números son claros: Tenemos un potencial increíble de cambiar el país e incluso el mundo. Sería el colmo que dejásemos pasar esta magnífica oportunidad que se nos presenta. Ahora más que nunca nos toca demostrar que América es un concepto muy amplio y ancho, que incluye a todo un hemisferio.

¿Qué nos depara el futuro?

En la agenda latina hay unos temas importantes como:

Reforma integral de inmigración.

Cambio climático y desarrollo sostenible.

Control de armas y repensar la violencia en su conjunto.

Adelantar la causa de la mujer, en casa y en el resto del mundo.

Repensar la guerra contra las drogas y el tema de la legalización.

Y tú, ¿qué tienes en agenda?

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