‘Saving Mr. Banks’ es un encantador filme ‘como los de antes’

Crítica de cine: película con Tom Hanks y Emma Thompson que relata con fascinación la creación de ‘Mary Poppins’

'Saving Mr. Banks' ha dado a Emma Thompson sus mejores críticas en muchos años.

'Saving Mr. Banks' ha dado a Emma Thompson sus mejores críticas en muchos años. Crédito: Disney

Hay algo simplemente mágico en la forma cómo el director John Lee Hancock maneja los entresijos de la creación de Mary Poppins, el filme musical producido por Walt Disney y basado en la obra de P.L. Travers, del que se detalla su tortuosa producción en Saving Mr. Banks.

Se trata del regreso a la narrativa clásica, tradicional, sin secretos ni misterios, y con notable sentido común y elegancia formal que emplea el cineasta, realizador de cintas como The Blind Side y guionista de dos filmes de Clint Eastwood (el excelente A Perfect World y el interesante Midnight in the Garden of Good and Evil).

De este modo, es en los incansables diálogos donde se apoya la acción y en la absoluta maestría que despliega su impecable reparto donde Saving Mr. Banks encuentra sus mayores logros.

Sí, no cabe la menor duda de que no nos hallamos ante una obra maestra, pero es de agradecer que sus responsables hayan apostado por esa sencillez escénica, sin mayores malabarismos narrativos o visuales.

Porque la historia no los necesitaba: ésta cuenta cómo Walt Disney (un fascinante Tom Hanks) convenció, más o menos, a la autora P.L. Travers (arrebatadora Emma Thompson) para que le cediera los derechos de su obra Mary Poppins, con el fin de hacer de ella un musical… algo a lo que ésta se oponía de forma contundente, en un principio.

La relación entre uno y otro, y entre Travers y el guionista de Mary Poppins, el filme, Don DaGradi (Bradley Whitford), los compositores Richard y Robert Sherman (Jason Schwartzman y B.J. Novak, respectivamente) y, especialmente, su chófer personal (papel al que da vida, de forma emotiva, Paul Giamatti) centran las dos horas de metraje.

Todo el mundo sabe cómo concluye el relato (Mary Poppins terminó convirtiéndose en un clásico del cine)… aunque no todo el mundo conoce qué se escondía detrás de la irascibilidad de la escritora.

Por ello, Saving Mr. Banks insiste en una serie de “flash backs”, a veces forzados, donde se explica su infancia y su adoración por su padre (Colin Farrell).

En conjunto, Saving Mr. Banks —que ha sido clasificada PG-13— seduce por su falta de pretensiones y, notablemente, por la constante presencia de Emma Thompson.

Es su sentimiento, su entrega y su emotividad (atención a la escena que comparte en un jardín de los estudios Disney con Paul Giamatti) lo que hace palpitar el corazón de un largometraje simplemente encantador.

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