Joven salvadoreño vence el desierto y sueña con el espacio

Su historia es un ejemplo de lucha y perseverancia, lo que lleva a ser nominado Jóven del Año por la organización Boys and Girls Club

03/16/16/LOS ANGELES/Joven centroamericano Byron Menjivar habla de la violencia que escapo de El Salvador y el abandono de su madre. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinion)

03/16/16/LOS ANGELES/Joven centroamericano Byron Menjivar habla de la violencia que escapo de El Salvador y el abandono de su madre. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

Doblemente abandonado, por su madre a los cinco años y en el desierto por los coyotes cuanto tenía 14 años, Byron Menjívar, un joven inmigrante salvadoreño sueña con convertirse en un ingeniero físico y espacial para crear los motores de las naves que nos transporten a conocer otras galaxias.

Su fuerte espíritu de sobrevivencia y lucha hicieron que Menjívar fuera nominado como Joven del Año por los clubes Boys and Girls del Valle de San Fernando, una organización de la que se hizo parte tan pronto llegó a Los Ángeles.

“Los clubes Boys and Girls han sido un puente entre quien era yo en El Salvador y lo que quiero ser”, dice el muchacho.

Estos Clubes ayudan a niños y adolescentes de bajos recursos a alcanzar su máximo potencial a través de diferentes actividades educativas y recreacionales.

03/16/16/LOS ANGELES/Joven centroamericano Byron Menjivar habla de la violencia que escapo de El Salvador y el abandono de su madre. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinion)
Byron Menjivar escapó de ser reclutado por las pandillas en El Salvador, se salvó de morir en el desierto y lucha por superar el abandono de su madre y convertirse un día en un ingeniero especial. (Aurelia Ventura/ La Opinión)

Obstáculos

Su vida no ha sido nada fácil.

“A los cinco años, mi madre me dijo que iba al mercado y ya no volvió. Me dejó con mis abuelos y se vino a Estados Unidos”, cuenta Menjivar, estudiante de la secundaria Jefferson.

Acosado por las pandillas, a los 14 años, sus abuelos decidieron que lo mejor para él era enviarlo a Estados Unidos.

“Duré más de tres semanas para llegar. Mis abuelos nunca me dijeron lo que me esperaba. No sé cómo sin saber nadar, no me ahogué al cruzar el río (Bravo). La balsa se desinfló y nos quedamos a medio camino. La corriente me arrastró, terminé todo revolcado pero logré salvarme”, relata.

Ya del lado estadounidense, los coyotes lo abandonaron en el desierto.

“Durante tres días estuve perdido. De no ser por una señora que me encontré y me ofreció comida, no viviría para contarla”, recuerda. “Fueron días terribles, con poca agua, lastimado de un pié y rodeado de peligrosos animales como los coyotes. Mi mayor temor era morirme y no volver a ver a mis abuelos”, narra.

03/16/16/LOS ANGELES/Joven centroamericano Byron Menjivar habla de la violencia que escapo de El Salvador y el abandono de su madre. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinion)
Byron Menjivar fue nominado por los Clubes Boys and Girls del Valle de San Fernando como el Joven del Año. (Aurelia Ventura/ La Opinión)

A Menjívar, la Patrulla Fronteriza lo rescató y tras interrogarlo, lo llevó a Canutillo, Texas donde lo entregó al programa Southwest Key, una organización no lucrativa que provee refugio y alternativas de encarcelamiento así como educación a jóvenes y familias.

“Ahí estuve 27 días hasta que mi hermana mayor de 22 años que vive en el Valle de San Fernando se hizo cargo de mi”, platica.

Para el adolescente fue un impacto muy fuerte encontrarse con su madre a la que no había visto y con la que no había tenido comunicación por nueve años. Mayor fue el golpe al darse cuenta que no podía vivir con ella.

“No podía ni quería que yo estuviera con ella”, dice Menjívar.

03/16/16/LOS ANGELES/Joven centroamericano Byron Menjivar habla de la violencia que escapo de El Salvador y el abandono de su madre. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinion)
Byron Menjívar estudia en la secundaria Jefferson. (Aurelia Ventura/ La Opinion)

Con su hermana habitó durante un tiempo hasta que el Departamento de Niños y Familias del Condado de Los Ángeles (DCFS) se lo quitó debido a las adicciones de su esposo.

“De ahí me llevaron a un hogar de crianza, pero la experiencia no fue buena por más que traté”, dice el muchacho.

Finalmente fue colocado en un hogar de salvadoreños donde se siente mejor acogido.

Los primeros años fueron difíciles por no saber inglés y no tener amigos.

“Estuve a punto de caer en lo que me hizo salir de El Salvador, las pandillas. Sin saberlo, me hice amigo de dos compañeros, uno que mandaba en la pandilla de la escuela y otro que les hacía favores”, expone.

Una mano ayuda

Enjugándose las lágrimas dice que el Club Boys and Girls le ha dado mucha fortaleza para continuar con el trabajo que le enseñaron sus abuelos.

“Me criaron a la antigüa y me enseñaron a ser luchón. Me siento muy agradecido”, dice.

Menjívar, ahora de 17 años, logró la residencia legal a los pocos años de llegar a Estados Unidos.

03/16/16/LOS ANGELES/Joven centroamericano Byron Menjivar habla de la violencia que escapo de El Salvador y el abandono de su madre. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinion)
La dura vida que ha llevado Byron Menjívar le ha dado fortaleza para salir adelante en Estados Unidos. (Foto Aurelia Ventura/ La Opinión)

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