En memoria de Rodolfo Casparius, autor de “Burbujas”

Hace unos momentos se fue al cielo Rodolfo Casparius faltando poco para que cumpliera 98 años. Sus artículos que escribía los miércoles para sus queridos lectores lo mantuvieron alerta, enterado, y comprometido para no “fallar” en el envío de su columna semana tras semana por mas de 34 años.

Las columnas las escribía los miércoles y el miércoles pasado que ya estaba en el hospital tenía el pendiente de cumplir con esa responsabilidad semanal con La Opinión y con sus lectores. No solo es admirable su interés de estar al día, su capacidad de análisis y su habilidad para transmitir sus ideas en forma escrita, sino su compromiso profesional al respecto. La columna fue su trabajo semanal desde que se retiró (no hace mucho) de sus labores docentes.

Yo tuve la fortuna de que los caminos de Rodolfo y los míos se juntaran hace como 30 años, cuando él iniciaba con su columna semanal ¡teniendo más de 60 años de edad! Ya había escrito algunas novelas y contaba con una larga experiencia académica y profesional.

A Rodolfo se le recordará en el ambiente de la hotelería y el turismo donde deja un legado extraordinario, habiendo dirigido instituciones y empresas en el ramo con gran éxito, pero además se le recordará por muchas lecciones de vida que transmitió a todos los que tuvimos contacto con él.

Compartió con sus lectores anécdotas de su vida pero siempre con una lección o un mensaje importante asociado a ellas. Innumerables veces menciono a su querida esposa Lucila a quien adoraba entrañablemente y en ocasiones se refería a ella como “su mejor mitad”.

Esta columna la preparaba con gran interés. Leía mucho sobre los sucesos del momento, y cuando su vista ya no se lo permitía, ponía los noticieros en la televisión y escuchaba con atención. Estaba tan enterado como todos, y como tenía muchos amigos, su plática con ellos siempre era de los temas de actualidad, para enriquecer su artículo semanal.

A todos sus amigos y familiares nos gustaba mucho estar con él porque era un gran conversador, y tenía más entusiasmo que personas con 50 años menos en su haber…decía que sí con gran interés a cualquier invitación, salidas a comer o cenar, viajes, bodas y todo tipo de eventos. Su entusiasmo era contagioso y envidiable.

La ciudad de Houston le hizo un homenaje declarando el 1 de julio el día de Rodolfo Casparius. La Universidad de Houston le hizo varios reconocimientos, y seguramente el estará muy feliz si nosotros honramos su memoria haciendo nuestro trabajo profesional con el esfuerzo y dedicación que él lo hizo siempre y queriendo a nuestras parejas y familiares como él lo hizo.

Descanse en paz el gran Rudy.