Trump emite órdenes ejecutivas para reactivar polémicos oleoductos

Desatando así una guerra contra grupos defensores del medio ambiente en todo el país

Una protesta contra el oleoducto Keystone XL realizada en Washington el pasado 12 de agosto de 2013.

Una protesta contra el oleoducto Keystone XL realizada en Washington el pasado 12 de agosto de 2013. Crédito: AP

WASHINGTON.- Declarándose un “ambientalista”, el presidente Donald Trump firmó este martes sendas órdenes ejecutivas para reactivar la construcción del oleoducto Keystone XL, y otro en una reserva de nativoamericanos en Dakota del Norte, desatando así una guerra contra grupos defensores del medio ambiente en todo el país.

En su cuarto día en el poder, Trump firmó las órdenes ejecutivas que dan oxígeno a ambos proyectos, en el marco de su plan manifiesto para desmantelar el legado del expresidente Barack Obama.

Trump firmó un total de cinco acciones ejecutivas desde el Despacho Oval, tras un encuentro con algunos de los principales líderes de la industria automotriz.

Los cinco documentos tienen que ver con la construcción del oleoducto Keystone XL, que quedó suspendido bajo Obama; el oleoducto en la reserva indígena en Dakota del Norte; el requisito de que las tuberías de acero sean fabricadas en EEUU; la aceleración de las regulaciones para la manufactura doméstica, y la aceleración de la revisión ambiental y aprobación de otros proyectos de infraestructura.

Soy, en gran medida, un ambientalista, creo en ello. Pero está fuera de control y vamos a hacerlo un proceso muy corto”, dijo Trump en su reunión con los empresarios, al quejarse del complejo proceso regulatorio para la fabricación y venta de automóviles.

Trump aseguró que tan solo el proyecto Keystone XL creará “28,000 empleos”, y que tanto éste como el de Dakota del Norte estarán abiertos a una renegociación de condiciones.

Sin embargo, no está claro hasta qué punto las medidas ejecutivas puedan agilizar la revisión de proyectos que, por ley, debe ser sometidos a estudios ambientales.

Obama suspendió el oleoducto Keystone XL, de la empresa canadiense TransCanada, porque éste contribuiría al cambio climático y afectaría al medio ambiente en la zona.

Las órdenes ejecutivas de Trump consiguieron el apoyo de empresas del sector petrolero y del American Petroleum Institute, que consideran vital que EEUU fomente el desarrollo de la infraestructura energética del país.

En “guerra” con ambientalistas

Sin embargo, en sendos comunicados y en una conferencia telefónica, líderes de grupos cívicos y ambientalistas dejaron en claro que no se quedarán de brazos cruzados mientras, a su juicio, el nuevo gobierno adopta medidas para destruir el medio ambiente.

Trump “ya está demostrando que es la peligrosa amenaza para el clima que temíamos que sería. Pero estos oleoductos están lejos de tener luz verde; los millones de estadounidenses y centenares de tribus que los bloquearon la primera vez no serán silenciados, y seguirán luchando contra estos proyectos sucios y peligrosos”, prometió Michael Brune, director ejecutivo del Sierra Club.

Por su parte, la llamada “Liga de Votantes por la Conservación” afirmó que no hay “hechos alternativos” en el mundo que puedan “ocultar la realidad de que estos oleoductos sucios y peligrosos son malos para la pureza del aire, el agua potable, y las comunidades que viven en su ruta”.

“Los únicos en beneficiarse serán los ricos, las compañías petroleras internacionales, y sus aliados y accionistas que ahora conforman el amañado Gabinete del presidente Trump”, afirmó el grupo, que ha iniciado una campaña de ataques en Twitter en su contra.

Jamil Dakwar, director del programa de derechos humanos de la Unión de Libertades Civiles (ACLU), dijo que la decisión de Trump de dar luz verde al oleoducto en Dakota del Norte “es una bofetada a los nativoamericanos y una falta de respeto del derecho a sus tierras”.

“Por ley, tienen derecho al agua y merecen ser tratados con dignidad y respeto, no ser sacrificados en nombre de la conveniencia política y las ganancias. La Administración Trump debe permitir un análisis cuidadoso sobre el impacto ambiental, con la participación plena y significativa de las tribus afectadas”, dijo.

El oleoducto en Dakota del Norte atrajo recientemente una enorme cobertura mediática ya que celebridades y activistas del medio ambiente se sumaron a la tribu de “Standing Rock Sioux” y otros grupos nativoamericanos para frenar el último tramo del proyecto a cargo de la empresa Energy Transfer Partners.

Ben Monterroso, director ejecutivo de “Mi Familia Vota”  expresó solidaridad con las tribus en Dakota del Norte y prometió que grupos como el suyo continuarán luchando “por la protección y conservación de sus tierras y aguas sagradas”.

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