Tom Pérez: El Partido Demócrata tiene que frenar a Trump y su “ataque a la democracia”

Trump es una “amenaza existencial”, por lo que el partido no sólo debe “exigirle cuentas por su ataque a la democracia, sino que tenemos que comunicar nuestros valores y que defendemos a la clase media y a EEUU como nación de inmigrantes, como nación de oportunidades”

Tom Pérez, Secretario del departamento de Trabajo,.

Tom Pérez, Secretario del departamento de Trabajo,. Crédito: Getty Images

WASHINGTON.- El ascenso de Donald Trump a la presidencia es producto de los errores de los demócratas, pero el exsecretario del Trabajo, Tom Pérez, afirmó este viernes que su tarea será corregir la marcha y frenar el “ataque a la democracia”, si toma las riendas del Comité Nacional Demócrata.

En entrevista telefónica con este diario, Pérez admitió que su partido “hizo un trabajo malísimo en demasiados rincones del país, para comunicar el mensaje de esperanza y optimismo”.

Trump es una “amenaza existencial”, por lo que el partido no sólo debe “exigirle cuentas por su ataque a la democracia, sino que tenemos que comunicar nuestros valores y que defendemos a la clase media y a EEUU como nación de inmigrantes, como nación de oportunidades”, enfatizó Pérez, de origen dominicano.

Es un mensaje que repite constantemente ante los medios.

Pérez, férreo partidario de la excandidata presidencial, Hillary Clinton, ha conseguido el apoyo de influyentes sindicatos e importantes figuras dentro del partido, como el vicepresidente, Joe Biden, cuatro gobernadores y varios alcaldes, pero afronta una férrea competencia de otros seis candidatos, incluyendo el legislador de Minnesota, Keith Ellison, el primer musulmán en el Congreso.

Ante la polarización que vive el país es urgente traducir la energía de las masas en acción, según Pérez.

“Tenemos que trabajar duro para elegir a más demócratas…ya no hay duda entre los inmigrantes sobre cuál de los dos partidos vela por ellos. Tenemos que organizarnos”, dijo Pérez, quien participó en un encuentro del Partido en Baltimore (Maryland).

En su opinión, la marcha nacional del pasado 21 de enero, un día después de la toma de posesión de Trump, dejó en claro el rechazo al mandatario, “y tenemos que traducir esa energía en acción”.

“Resistencia” contra Trump

La votación para la presidencia del Comité Nacional Demócrata (DNC), prevista para el próximo 25 de febrero en Atlanta (Georgia), definirá en buena medida el alcance, estilo y contenido de la “resistencia” demócrata a las políticas de Trump.

Hasta ahora, la minoría demócrata en el Senado sólo ha podido postergar o dilatar el proceso de confirmación de los 15 miembros del Gabinete presidencial, incluso con un boicot de las audiencias, pero los republicanos han logrado confirmar a seis de ellos.

Según Pérez, la resistencia a Trump vendrá de “todos los rincones”, con herramientas como “litigios cuando sean necesarios, los valores de inclusión, y el poder del pueblo”.

“Como partido, tenemos que regresar a lo elemental, a organizar a la base: no perdimos por tener los valores equivocados; perdimos porque no salimos a comunicarnos directamente con el pueblo”, afirmó Pérez, quien apoya una estrategia “estado por estado”, con “un diálogo constante con la gente”, y una agenda progresista.

Un partido bajo la lupa

Aunque Clinton ganó el voto popular, con una ventaja de tres millones de votos frente a Trump, eso es magro consuelo para un partido que aún busca su norte, y ensaya estrategias para recuperar terreno de cara a los comicios legislativos de 2018, y los presidenciales de 2020.

De entre los “escombros” de la derrota en las urnas el pasado 8 de noviembre es que ahora el próximo presidente del DNC tendrá que elaborar estrategias para fortalecer al partido e insuflar energías a su base.

Pérez rechazó las críticas de que los demócratas están divorciados de la realidad del ciudadano de a pie y que por eso perdieron la Casa Blanca y no lograron recuperar el control de ninguna de las dos cámaras del Congreso. Los republicanos también controlan 32 legislaturas estatales y 33 gobernaciones.

No obstante, reconoció que el partido requiere un cambio porque, pese a tener un clima económico favorable creado bajo la Administración Obama, Trump logró seducir a millones de votantes con un populista mensaje “anti-establishment”, y ganó por “meterle miedo a tanta gente”.

Reñida contienda

La contienda por la presidencia del DNC está fracturada, prácticamente, entre Pérez  y Ellison, respaldado por el exrival de Clinton en la contienda por la nominación presidencial, el senador Bernie Sanders, entre otros líderes del ala izquierda del partido, y la federación sindical AFL-CIO.

Contra todo pronóstico, Sanders ganó en 19 estados y atrajo el apoyo de millones de votantes, incluyendo a “Millenials” desencantados con el “establishment” político demócrata.

Las disputas sobre el futuro rumbo de las políticas del Partido Demócrata se han atenuado, pero no han desaparecido, y el reto es no sólo lanzar un mensaje “anti-Trump” sino también atender “desde la raíz” los problemas que le hicieron perder las elecciones, según observadores.

Al respecto, Pérez aseguró que su candidatura tiene el respaldo de simpatizantes de Sanders, de Clinton, e incluso de gente que se ausentó de las urnas.

El ganador de la contienda necesitará 224 de un total de 447 votos para asumir las riendas del DNC en un momento clave para el partido, sacudido por la salida de su presidenta, Debbie Wasserman Schultz.

La legisladora demócrata de Florida renunció tras cinco años en el cargo, a raíz de la filtración de correos electrónicos del Comité en WikiLeaks, que demostraron una indebida preferencia hacia Clinton.  Donna Brazile ha ocupado el cargo de presidenta interina del DNC desde entonces.

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