Globalización futbolera: equipo de la Bundesliga tuvo 11 nacionalidades distintas en su formación inicial

El curioso dato lo registró el Ingolstadt, en su partido frente al Bayern Munich del pasado sábado

Ingolstad vs Bayern Munich

Ingolstad vs. Bayern Munich. Crédito: Getty Images

Salir a la cancha con 11 jugadores es lo habitual en todas las latitudes futboleras. Lo que no se da a menudo es que un equipo presente 11 nacionalidades distintas en su formación inicial.El curioso hecho se dio el último sábado en la Bundesliga, y sucedió con el FC Ingolstad, en su partido frente a Bayern Munich.

A comienzos de 2006 se produjo un quiebre fundacional en la Bundesliga: se abrieron de par en par las puertas a los futbolistas extracomunitarios. Hasta ese entonces los clubes alemanes podían tener hasta cuatro extranjeros. La nueva norma dispuso la inclusión de al menos 12 jugadores nacionales en cada plantel, como para equilibrar la balanza y proteger el desarrollo de los juveniles.

Por aquel entonces recién daba sus primeros pasos el FC Ingolstadt 04, que nació en 2004 como consecuencia de la fusión de dos clubes de esta ciudad de Baviera, ubicada a unos 70 kilómetros al norte de Munich. Le demandó 11 años a la institución trepar desde la cuarta categoría hasta la primera división germana y así, en 2015, empezó a formar parte de la elite. Ya en 2010 se había inaugurado el Audi-Sportpark, su nueva casa, porque el viejo ESV-Stadion no se adecuaba a las demandas del fútbol profesional.

El último fin de semana, en el partido que perdió de local sobre la hora con el líder Bayern Munich, Ingolstadt saltó al campo con Martin Hansen (danés), Alfredo Morales (nació en Berlín pero además tiene nacionalidad peruana y estadounidense), Mathew Leckie (australiano), Almog Cogen (israelí), Markus Suttner (austríaco), Pascal Grob (alemán), Florent Hadergjonaj (suizo), Roman Bregerie (francés), Marcel Tisserand (congoleño, nacido en Francia), Marvin Matip (camerunés, de origen alemán) y Darío Lezcano (paraguayo).

Luego entró el español Anthony Jung y aunque los otros dos cambios no modificaron la ecuación (ingresaron el austríaco Lukas Hinterseen y el alemán Stefan Lex), quedó claro que el auténtico crisol de razas, al menos en la Bundesliga, está en Ingolstadt.

El resumen de Ingolstad-Bayern Munich

El ex jugador de la selección alemana Klaus Allofs, entonces directivo del Werder Bremen, club en el que había terminado su carrera como futbolista profesional, había dicho en 2006: “Rechazamos cualquier limitación”. Fue en ese momento la síntesis de las expresiones que retumbaron en la Bundesliga. Wolfgang Holzhäuser, dirigente del Schalke, lo respaldó sin vueltas: “El interés de la liga debería concentrarse en disponer de los mejores jugadores y no en que sean alemanes”.

En eso anduvo la Bundesliga en la última década, adaptando sus estructuras a una globalización que de todos modos no le impidió seguir cosechando satisfacciones, como el título mundial en Brasil 2014.

Ingolstadt, mientras tanto, hace lo que puede para aferrarse a la máxima categoría. Hoy ocupa el penúltimo lugar, con 15 unidades (a 34 de la cima) luego de 20 fechas. Le complicó la vida al Bayern Munich y mantuvo el partido igualado sin tantos casi hasta el cierre. Pero apareció Arturo Vidal y convirtió. Y ya en tiempo de descuento aumentó Arjen Robben. Y el cuento de tantas lenguas en Ingolstadt, al final, lo escribieron dos visitantes: un chileno y un holandés.

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