Ahora hace cintas ‘de hombres’

Rodrigo García habla de historia de 'Albert Nobbs'

SAN SEBASTIÁN, España.- El cineasta colombiano Rodrigo García, al que ya casi no hace falta presentar como hijo de Gabriel García Márquez, convierte a Glenn Close en un hombre en Albert Nobbs, cinta bisagra que conecta su habitual retrato del mundo femenino con su pretensión de dar el salto a lo masculino.

“Ahora me toca hacer películas de hombres”, explica en una entrevista con los medios españoles durante el Festival de San Sebastián, donde fue presentada fuera de concurso su cuarta película, centrada en la vida de una mujer que tiene que travestirse para encontrar trabajo en un hotel del Dublín decimonónico.

El núcleo de su conflicto viene de que la mujer “se ha borrado a sí misma para poder existir” y acaba “con la tragedia de no acordarse de quién era”, un juego de identidades que afecta al género, pero también a todo el personal del edificio, porque, al fin y al cabo, “todos tenemos versiones privadas de nosotros mismos”.

En ese hotel dublinés, cuyo tapiz social recuerda por momentos a la exquisita serie británica Arriba y abajo, “todos tienen sueños, ocultan algo y piensan: ‘Tú me ves así pero soy de otra manera y me gustaría ser de otra manera’”, explica el realizador.

Con los corsés del siglo XIX, con un conflicto de clases que hacía que “los miembros del servicio fueran considerados como muebles” y con unos secundarios interpretados por actores como Mia Wasikowska, Brendan Gleeson, Jonathan Ryss Meyers y Aaron Johnson, Albert Nobbs se convierte también en la primera experiencia de García con el cine de época.

Pero después de este bloque de cuatro radiografías del mundo de los anhelos y las frustraciones de la mujer, con el número cinco quizá suceda como en el quinto capítulo de su prestigiosa serie de televisión In Treatment: que el psicoanalista se deje psicoanalizar.

“Aunque tengan mujeres en el papel principal, mis películas sí reflejan temas que a mí me preocupan personalmente, pero sí, mi quinto capítulo cinematográfico sería empezar a hablar de hombres”, reconoce, aunque advierte de que antes prepara, junto a Jon Avnet, una serie de doce capítulos de siete minutos para internet en la que no romperá el cordón umbilical que le une a lo femenino.

Albert Nobbs supone para García, a su vez, la reafirmación de la amistad nada peligrosa que le une a Glenn Close, con la que ya había contado en las cintas corales Nueve vidas y Cosas que diría con solo mirarla.

Esta vez, el realizador le otorga el protagonismo casi absoluto, pues, en el que se presupone su sexto envite al Oscar, la actriz ejerce también de productora y guionista.

Ella, que interpretó Albert Nobbs en el off Broadway en 1982, llevaba años buscando financiación, escribiendo y promocionando el proyecto, que lleva su firma casi por encima de la de García.

“Es mi proyecto menos personal, aunque es fácil identificarse con la idea de que uno oculta partes de sí para salir adelante, pero también comercialmente tiene posibilidades de batir mis récords. Aunque es verdad que mis récords son muy fáciles de batir”, asegura el cineasta.

Todo por una mujer que en San Sebastián ha sido una de las grandes estrellas de la 59 edición de su Festival de Cine y que García describe como alguien “muy artista, muy instintiva e intuitiva, pero tiene un cerebro muy pragmático. En el ‘corten’ vuelve a ser Glenn. Corta, comenta, come, actúa. Es prender y apagar”, concluye.

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