Ingeniera hispana se destaca en la NASA

Investiga los movimientos irregulares en los nuevos aviones

La ingeniera aeroespacial mexicoamericana Claudia Herrera investiga los movimientos irregulares en partes vitales del cuerpo de nuevos aviones como parte de un proyecto de la NASA.

“Como ingeniero en estructuras de la NASA lo que hago es que me aseguro que los aviones no se vayan a deshacer por causa de las vibraciones que ocurren cuando van volando”, dijo a Efe Herrera, quien sostuvo de que se trata de un asunto de vida o muerte.

Nacida el 13 de abril de 1982 en El Paso, Texas, Claudia Ivette Herrera es hija de una inmigrante mexicana oriunda de Durango, quien es ama de casa, y un mexicoamericano que trabaja como editor en el periódico El Paso Times.

“Me gradué de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Texas en El Paso. Cuando era estudiante a través de amigos me di cuenta que NASA le da la oportunidad a estudiantes con buenas calificaciones para que vengan a hacer cursos de verano”, recordó Herrera.

“Desde muy chica fue mi gran sueño trabajar en NASA, vine dos veranos, así gané experiencia y al graduarme me ofrecieron el contrato”, rememoró la ingeniera quien desde 2004 trabaja en experimentos en un hangar del Centro de Investigaciones de Vuelos Dryden de la Agencia Aeroespacial en California.

Actualmente Herrera y su equipo de ingenieros especializados en el análisis estructural de aviones trabaja en dos experimentos de vuelo, para entregar los resultados en 2015, en un avión Gulfstream III 804 de NASA.

“Estamos construyendo un guante (una especie de forro) para ponérselo en las alas al avión con el que el flujo del aire sobre las alas va a ser distinto y con ello va a economizar combustible”, explicó Herrera.

“Y el otro experimento es una superficie de control de nueva tecnología con el que se va a reducir la contaminación”, aseguró.

Herrera contó que para detectar las vibraciones en los aviones les conectan una maquinaria que provoca que el avión vibre y con sensores en todas partes de la armazón de la aeronave observan que tan grandes son esos movimientos, la relación con las aceleraciones y cuánto duran.

“Hace muchos años los aviones salían a volar y ya no regresaban, no sabían que era lo que pasaba; pero después los ingenieros descubrieron que cuando las vibraciones en los aviones se mantienen por largo tiempo terminan quebrando las alas, la cola u otras partes del avión y por eso se desintegran en el aire”, indicó la especialista.

Los experimentos de Herrera también consisten en crear o hacer más efectiva la nueva tecnología para el análisis del estrés a que están sometidas las estructuras de los aviones.

Los resultados que obtiene en el hangar como laboratorio posteriormente sirve a la empresa privada para rediseñar carros y hasta en el diseño de edificios y puentes en zonas donde son frecuentes los terremotos o para que resistan la fuerza del viento.

“Lo que pasa cuando hacemos algún tipo de investigación cuando va avanzando alguna tecnología o que (NASA) descubre algo nuevo, o presenta algo nuevo lo tenemos que presentar al público. Compartimos todos los datos, toda la información de lo que hicimos, lo que cambió, todo lo que mejoró”, reveló.

Herrera ha trabajado en varios proyectos entre los que mencionó el primer avión supersónico para pasajeros que volará a gran altura, además de pruebas estructurales en la cápsula Orion para los transbordadores espaciales.

“Como hispana estoy muy orgullosa de trabajar en NASA, he trabajado muy duro para llegar aquí y estos empleos todos los hispanos los podemos lograr con buenas calificaciones en las universidades y experiencia”, finalizó.

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