Inseguridad en Guerrero impide impartir clases

Unas 200 escuelas y 5 mil maestros están en paro desde fines de agosto

MÉXICO, D.F.- Profesores de diversos municipios del sureño estado de Guerrero soportaron casi en silencio el asesinato de siete educadores, el secuestro de otros 48 y las extorsiones a algunos de ellos, hasta que los grupos criminales subieron de tono: pidieron la nómina de escuelas completas a cambio de no violentar a los estudiantes.

“Sean colavorativos (sic) no expongan su vida y la de sus alumnos”, amenazó uno de los últimos mensajes colocado en la escuela primaria Revolución Social del puerto de Acapulco, ciudad que encabeza un movimiento de protesta magisterial contra la inseguridad en el estado, que dejó en los últimos 28 días a más de 60,000 niños de educación básica sin clases.

Desde el 25 de agosto, 200 escuelas y 5,000 maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de 17 municipios del estado están en paro. Una semana después se unieron a esta inactividad otros 3,000 de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG).

El 14 de septiembre los miles de maestros marcharon por La Costera Miguel Alemán, la avenida que en otros tiempos fuera una de las más turísticas del mundo, y al cierre de esta edición analizaban si volverían a la ruta porque consideran que su tranquilidad aún está en el aire.

Exigen vigilancia permanente del Ejército y la Marina en los alrededores de los cien planteles acapulqueños porque no confían en las autoridades policiacas locales, aunque en otras entidades, afirman, se conformarían con rondines de patrullaje municipal o estatal.

“En cuanto veamos que hay seguridad para todos, inmediatamente regresamos a clases”, dijo en rueda de prensa Abel Casarrubias, vocero de los profesores.

El gobernador guerrerense, Ángel Aguirre, dijo que ya se instalaron 150 “botones de alerta” para emergencias -directamente conectados desde las instituciones educativas a las estaciones de policía-, pero reconoció que hace falta más vigilancia y por lo pronto contrató tres helicópteros para inspecciones.

“Habrá algunos que digan que es para llamar la atención, pero estamos colaborando”, comentó frente al rechazo del magisterio de volver a las aulas.

El secretario general del SNTE, Juan Díaz de la Torre, dijo que su reclamo no es reciente: desde meses atrás supuestos grupos criminales roban información de los salarios del magisterio para después exigirles la mitad de estos y de su aguinaldo como cobro de “derecho de piso”.

Las extorsiones ocurren en diversos estados del país desde Chihuahua, Michoacán, Nuevo León, Tamaulipas y Zacatecas, pero en Guerrero la situación se agudizó cuando siete escuelas de una “zona crítica” de Acapulco alzaron la voz para poner un alto a la violencia.

Las intimidaciones de los supuestos extorsionadores alcanzaron ahí niveles “intolerables” de cinismo. “Se les pasará a pedir su cooperación de 600 pesos (unos 53 dólares) a cada uno. No es voluntario, es ‘a huevo’. Pasará el Señor Pipe…”

La pancarta colgada en la reja de entrada de la escuela Revolución Social mostrada por los maestros a los medios de comunicación fue una muestra más de las muchas agresiones que desde hace al menos cinco años son atribuidas a bandas del narcotráfico y otros criminales organizados que han hecho crecer el clima de violencia.

Los niños de diversas escuelas en la entidad incluso realizan simulacros sobre cómo actuar en caso de verse en medio de hechos violentos como balaceras.

El pasado sábado se encontró en la entidad el cadáver de un diputado federal del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), que se reportó como desaparecido desde comienzos de septiembre.

También el lunes fue emboscada y asesinada la profesora Catalina Santos, de 20 años, quien trabajaba en el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) por una beca de alrededor de 100 dólares mensuales. Hasta el momento se desconoce el móvil, pero las autoridades han descartado la extorsión.

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