La bebé de los 7 mil millones

En los últimos 12 años, la población ha crecido en 1,000 millones

Alma Macías nunca olvidará que el mismo día que dio a luz por tercera vez, el mundo superó la marca de los 7,000 millones de habitantes. Su hija Darla, quien nació a las 6:10 am en el hospital White Memorial de Los Ángeles, bien podía haber llegado a esa cifra, aunque las Naciones Unidas no haya puesto el nombre y lugar del bebé que logró ese récord.

Para esta madre, quien ya tenía un hijo de 8 años y otra de 17, hablar de cuanto ha crecido la población en el mundo y la contribución que ha hecho a ese crecimiento, supone establecer las bases para que el mundo que tengan sus hijos sea mejor que el vivieron sus padres cuando eran pequeños.

“Sobre todo hay que inculcarles la educación y el respeto, las cosas buenas de la familia”, dijo esta madre.

En los últimos 12 años, la población mundial ha crecido en 1,000 millones de personas, pero según los expertos el aumento no supone ningún problema sino la manera en cómo se distribuyen los recursos.

“Cuando llegamos a los 6,000 millones de habitantes nos preguntábamos si habría un mundo más equilibrado. El problema no es la falta de espacios ni de recursos. El problema es la falta de igualdad para que todo el mundo tenga una mejor calidad de vida”, indicó Alvaro Serrano, director de campaña de 7 Billions Actions del Fondo Poblacional de las Naciones Unidas.

Para Norma García, quien tuvo su primer bebé hace dos meses, no hace falta viajar a ningún país en vías de desarrollo para comprobar la falta de equidad en la distribución de bienes. Su primer paseo en familia fue a la Placita Olvera y allí mismo se dio cuenta de algo que todavía hoy sigue dando vueltas en su cabeza.

“Yo llevaba a mi bebé con tanto cuidado, con su cobija y su sombrero para que no le diera aire, y pasó una mamá, con un niño tal vez un mes mayor que el mío, que no tenía nada de eso. En ese momento sentí los privilegios que tenemos unos y lo que tienen otros”, dijo García.

Para que haya un mejor bienestar a medida que la población continua aumentando, “depende de las políticas que cada país siga”.

“Aquí no hemos querido invertir en una infraestructura que acoge a mucha gente; las casas están esparcidas y la población no es muy densa”, dijo David Hayes-Bautista doctor y demógrafo de UCLA. “Todavía podría caber mucha más gente sin que se echara a perder la calidad de vida, pero el problema es que no hemos creado esa infraestructura para permitirlo”.

“Yo quiero enseñarle a mi hijo esa compasión por un mundo mejor”, dijo García. “Siento la responsabilidad como madre de enseñarle a trabajar para crear un mundo mejor que el que nosotros encontramos, que reconozca los esfuerzos que hicieron sus padres y sus abuelos de superarse en este país sin abandonar nuestras raíces”.

Aún con su bebé pequeño, esta madre tuvo tiempo ayer de abrirle la puerta a los niños que llegaron a su casa pidiendo dulces por el día de Halloween, porque sabe también que el aumento de población se ve en las cosas pequeñas cotidianas de cada día.

“Me encanta ver a los niños felices en su vecindad, caminando por las calles, porque eso es muy raro verlo en estos tiempo cuando ya ni siquiera salen a la calle a jugar como hacíamos nosotros”, indicó. “Antes no había los miedos que hay ahora. La tecnología nos ha ayudado a progresar mucho, pero también nos ha quitado libertad y momentos de convivencia. Eso es algo que tenemos que recordar a menudo”.

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