Narcos mexicanos refugian a sus parientes en EEUU

El Departamento de Justicia indica que el éxodo ha crecido desde el año pasado

Han sembrado el terror en México, desmembrando a sus enemigos y regando balas y sangre por doquier, pero los narcotraficantes han hecho todo lo posible por alejar a sus familias de esa realidad. Para algunos capos, refugiar a los suyos en Estados Unidos, su principal cliente, pasó de ser una idea descabellada a una medida de extrema urgencia.

Según reportes del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), el éxodo hacia ciudades estadounideneses de esposas, hijos, hermanos y padres de los líderes de carteles mexicanos de la droga ha crecido desde el año pasado. Huyen, precisa, de la creciente ola de violencia en el sur de la frontera, donde, de acuerdo con cifras extraoficiales, han sido asesinadas más de 50,000 personas desde 2006.

El ejemplo más reciente: la esposa de Joaquín “El Chapo” Guzmán, presunto líder del cartel de Sinaloa y uno de los narcos más poderosos de México, que a mediados de agosto habría dado a luz a mellizas en el Hospital del Valle del Antílope, en Lancaster, al norte del condado de Los Ángeles.

Emma Coronel, de 22 años, cruzó la frontera este verano y dio a luz a las hijas del capo el pasado 15 de agosto, informó el diario Los Angeles Times, un hecho que ayer la Agencia de Combate al Narcotráfico (DEA) se negó a confirmar. “Por lo general no discutimos las investigaciones en curso o los objetivos, sin importar quiénes son o dónde residen”, expresó su portavoz Jeffrey Scott.

No está claro si Coronel, una ciudadana estadounidense, permanece en Los Ángeles, se mudó a otra parte de Estados Unidos o regresó a México.

La nota periodística cita que agentes federales estadounidensesle han seguido los pasos incluso desde antes de venir a este país y que no la arrestaron por no tener acusaciones en su contra.

Un informe del Centro Nacional de Inteligencia contra las Drogas (NDIC), perteneciente al DOJ, revela que un grupo importante de familiares de narcotraficantes radican en Phoenix, Arizona, y otras ciudades fronterizas.

“Algunos de los cuales han buscado refugio de la violencia en México”, expone.

La DEA asegura que no los están investigando, al enfocarse solo en los involucrados directos en el tráfico de drogas. A la fecha, dijo la agencia a La Opinión, no han aprehendido a ningún familiar o amigo de narcos mexicanos; sin embargo, un reporte no clasificado del NDIC citado por la prensa afirma que sí los están vigilando muy de cerca para dar con los jefes del crimen organizado en México.

“La gran ironía es que los mismos traficantes que han generado la violencia macabra que está ocurriendo en México buscan un refugio para sus familias, para sus seres queridos”, comentó Kevin de León, senador californiano que pasó su niñez en la violenta ciudad de Tijuana, controlada por el cartel de los Arellano Félix. “El impacto de los sicarios en México ya está presente aquí, en Estados Unidos”.

La residencia en este país de parientes de los capos mexicanos no es un fenómeno nuevo. El fallecido periodista Jesús Blancornelas reportaba en 2003 que algunos integrantes de la familia Arellano Félix vivían en La Jolla, California. “Hay quienes los ubican en Beverly Hills”, escribió quien durante muchos años fue uno de los cronistas del mundo del narcotráfico.

Aunque los narcos mexicanos han fortalecido sus alianzas con pandillas locales en la distribución de la droga, sus servicios no incluyen la protección de los suyos. Y es que en Phoenix, cita el informe del NDIC, ha sido contraproducente que conozcan su domicilio. Ahí aumentaron los secuestros a familiares de capos, quienes fueron usados como rehenes, “como resultado directo de la localización de actividades de contrabando de drogas”.

De 2007 a 2009 se registraron al menos 826 raptos en Phoenix, la ciudad más importante de Arizona.

“No tenemos información respecto a que las pandillas brinden protección a narcotraficantes mexicanos y sus familias en Estados Unidos”, indica Charles Miller, asistente de la Oficina de Asuntos Políticos e Intergubernamentales del NDIC.

Además de los carteles de Sinaloa y de los Arellano Félix, existen cinco organizaciones criminales de México que dominan el tráfico de drogas en Estados Unidos: Los Zetas, el cartel del Golfo, el de Juárez, la organización de los Beltrán-Leyva y La Familia Michoacana.

Han desplazado a mafias sudamericanas, indica el Departamento de Justicia, por su capacidad de producir, transportar y distribuir cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas.

Desde 2004, expone la dependencia, “El Chapo” Guzmán ha intentado monopolizar el contrabando de drogas en Estados Unidos.

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