Polémica por seguridad en Línea Dorada

En agosto, la Línea Dorada tuvo 1.1 millón de abordajes

No hay un tramo de la extensión al Este de Los Ángeles de la Línea Dorada del metro que no tenga marcas de neumáticos en el borde de protección, de menos de un pie de altura, como prueba de que muchos automovilistas han estado cerca de invadir las vías del tren ligero.

Lo alarmante es que otros ya lo han hecho. En casi dos años de operación se han registrado 14 choques menores entre trenes y vehículos, la mayoría causados por conductores que doblaron ilegalmente a la izquierda; en otros casos, por manejar distraídos o violar leyes de tránsito.

La seguridad a lo largo de la Línea Dorada, que cruza por las principales calles del Este de Los Ángeles rumbo a Pasadena, sigue estando bajo la lupa de la supervisora Gloria Molina, representante de esa zona.

Las autoridades del transporte del condado, sin embargo, han hecho todo lo posible por demostrar una y otra vez que los pasajeros, peatones y conductores no corren ningún peligro.

El último capítulo de este debate lo han protagonizado las barreras en los cruces viales (similares a las utilizadas por trenes de carga), cuya operatividad fue analizada en 24 intersecciones en mayo pasado por petición de Molina. En base a la conclusión del reporte, la semana pasada la junta ejecutiva de la Agencia Metropolitana de Transporte rechazó su instalación.

“Debido a los resultados de los análisis del impacto en el tráfico, que indican que la colocación de plumas resultaría en impactos a la respuesta de vehículos de emergencia y para pasajeros y residentes a lo largo de la Extensión de la Línea Dorada, la instalación de las barreras no es recomendada”, expone la evaluación que, sin discusión, aprobó la plana mayor de Metro.

Poco antes de que la ruta iniciara operaciones, a finales de 2009, la supervisora Molina reclamó que hacían falta más medidas de seguridad a lo largo de los rieles, como cercos metálicos y luces en pasos para peatones. “Es un día muy triste para el este del condado, aceptar este sistema de baja calidad cuando deberíamos tener uno de primera”, expresó entonces la funcionaria.

Semanas más tarde, un reporte elaborado por expertos del transporte concluyó que, comparada con otras líneas de tren ligero del país que corren a nivel de calle, la Línea Dorada cumplía con los estándares de seguridad.

Metro, por su parte, colocó bardas metálicas adicionales en toda la ruta, para desalentar a los peatones que cruzaban sobre los rieles ilegalmente.

“La gente no estaba acostumbrada”, dijo José Ubaldo, vocero de Metro, quien indicó que se está estudiando la colocación en luces sobre el pavimento en intersecciones. “En casi dos años de operación se ha demostrado que la línea es segura”, recalcó.

Para la señora Matilde Higareda, que todos los días viaja en tren a Hollywood, poco a poco los residentes del Este de Los Ángeles han aprendido a convivir con los tranvías. “Pero no todos entienden que en un accidente ellos saldrían perdiendo”, dijo Higareda apuntando a una joven que, por no utilizar la puerta de acceso en la estación Indiana, pasó sobre los rieles abordo de su bicicleta.

En agosto, la Línea Dorada r

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