Policía busca a testigos de ataque a mujer

SAN BERNARDINO, California

La policía buscaba ayer información sobre un ataque frustrado que desencadenó una espantosa represalia en una vivienda del Sur de California donde murió una niña de tres años y una mujer embarazada y su hija pequeña sufrieron heridas graves.

Un hombre se encontraba caminando el lunes por su vecindario de clase obrera en San Bernardino, cuando vio a un hombre golpear a una mujer e intervino, permitiendo así que la mujer escapara, informó la teniente de policía Gwendolyn Waters.

La policía cree que el sospechoso responsable de ese ataque siguió al buen samaritano a su casa para regresar esa noche con un revólver. Comenzó a disparar a la vivienda donde los miembros de la familia se encontraban reunidos en el porche delantero, señaló Waters.

“Creemos que fue una represalia”, dijo Waters el martes. “Esta persona solo intentaba hacer una buena obra”.

La policía intentaba reunir todos los detalles del caso correspondientes a las horas previas al ataque con la esperanza de que alguien que haya visto al hombre que golpeaba a la mujer pueda colaborar para dar con su paradero.

La policía desea hablar con la víctima que fue golpeada por el hombre y con al menos dos testigos más que hayan presenciado el ataque, pero hasta ayer por la mañana nadie se había acercado a la policía , señaló Waters.

El trágico tiroteo sacudió al vecindario de clase obrera en esta ciudad desértica del Sur de California, ubicada a unas 60 millas al este de Los Ángeles. Las autoridades del orden público sostienen que el ataque fue un caso anómalo en medio de un descenso en el delito, pero los residentes que visitaron a la familia víctima de este ataque en su hogar cubierto por las balas dijeron que estaban hartos de la violencia.

Nylah Franco-Torres de tres años recibió un disparo mortal en la cabeza y fue pronunciada muerta en el hospital. La mujer embarazada se encuentra estable, pero su hija, una niña también de tres años, continuaba ayer en condición grave, informó Herbert Atienza, portavoz del Hospital Infantil de Loma Linda University.

Fuera del hogar, las personas dejaron ositos de peluche, flores y velas, y también rezaron por las víctimas.

Fue uno de los cuatro tiroteos ocurridos en San Bernardino entre el lunes de noche y el martes de mañana, y marcó el final luego de más de dos meses sin homicidios, señaló el alcalde Patrick Morris.

LaTonya King, que visitó a la familia, dijo que pensaba expresar su preocupación en la reunión del consejo municipal que tendrá lugar la semana próxima.

“Estamos indignados. Toda esta situación nos genera una gran indignación”, dijo King. “No vamos a dejar que este tipo de incidente se arrastre debajo de la alfombra”.

Los residentes de la vivienda color mostaza ubicada entre una empresa de servicios impositivos y una vivienda cerrada con tablas se negaron a hacer comentarios cuando fueron abordados por The Associated Press.

Los vecinos dijeron que una familia extendida vivía dentro de la vivienda. Se encontraba aproximadamente una docena de personas en la vivienda cuando ocurrió el tiroteo, informó Waters, pero el parentesco entre ellos no está del todo claro.

El jefe de policía Keith Kilmer urgió a los testigos a acercarse y animó al atacante a entregarse.

“Lo vamos a encontrar, lo vamos a buscar, lo arrestaremos y lo traeremos ante la justicia”, dijo Kilmer. “Seremos implacables”.

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