Prisioneros reinician la huelga de hambre

Reos de Pelican y Calipatria han dejado de comer en protesta por SHU

SACRAMENTO, California

Entre 50 y 100 presos de la Prisión Estatal de Pelican Bay y otros 100 de la Prision Estatal Calipatria han dejado de comer como una forma de exigir que el Departamento de Prisiones (CDCR) ponga fin al encarcelamiento en celdas de confinamiento solitario por décadas, lo cual consideran inhumano.

En julio y durante más de 21 días, cientos de reos de las prisiones estatales se unieron en una huelga de hambre que alcanzó su punto máximo cuando 6,000 de ellos hicieron ayuno. Los presos suspendieron la huelga tras la promesa de CDCR de que les cumplirían con algunas de sus demandas menores como proveerles de ropa de invierno, calendarios y evaluaciones de los cursos que toman por la televisión.

Isaac Ontiveros, portavoz de la Coalición en Solidaridad con la Huelga de Hambre, dijo que las demandas solo se cumplieron a medias porque a los reos se les cobra por la ropa de invierno que solicitaron mientras que las negociaciones por la demanda más importante que presentaron, de poner fin al encarcelamiento por décadas en celdas de confinamiento en solitario (conocidas como SHU), no se dieron.

“Muchos de los presos que participaron en la huelga han sido objeto de venganzas, intimidación, amenazas y severos castigos”, denunció Ontiveros. “Muchas veces sólo por estar hablando en la biblioteca, los reportan, definitivamente hay un ambiente de intimidación contra quienes participaron en la huelga de hambre”.

Estadísticas del Departamento de Prisiones (CDCR) indican que 513 de los 1,111 reos en celdas de confinamiento en solitario en Pelican Bay, han estado ahí por más de diez años; y 78 por más de 20 años.

En agosto pasado, el director de Pelican Bay Greg Lewis dijo que quienes son enviados a las SHU son líderes peligrosos de pandillas que operan hacia el exterior desde la prisión y que la única forma de detener el crimen en las calles de California es aislar a dichos pandilleros, hasta que decidan hablar y denunciar a otros operadores. A cambio pueden recibir c protección y ser enviados a otras prisiones del estado, explicó.

De acuerdo a Lewis, desde que se crearon los SHU hace 21 años la tasa de homicidios en las prisiones y los crímenes asociados con las pandillas en las calles se han reducido drásticamente.

Pero en una conferencia de prensa donde se habló del reinicio de la huelga de hambre, Dolores Canales, madre de uno de los reos que ha vuelto a dejar de comer, dijo que el proceso a través del cual se valida como pandillero a un reo es una farsa. “Usan a supuestos miembros de pandillas como una excusa para torturar gente, y poner a gente en celdas diminutas sin ninguna posibilidad real de salir, sin luz natural y contacto humano es una clara violación a los derechos humanos”, enfatizó.

Añadió que la única manera que tienen de salir es revelar todo lo que saben de las pandillas, lo que los pone a los reos y sus familias en riesgo porque son visto como soplones.

El CDCR no cataloga la protesta de esta semana como una huelga de hambre. Para certificarla como tal, dijo un portavoz del departamento a la estación de radio KPCC, un reo debe dejar de comer tres comidas consecutivas.

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