Tributo a los muertos

TUCSON, Arizona (EFE).- Con una ceremonia religiosa se rindió tributo a los cientos de indocumentados que han muerto en el desierto de Arizona y que nunca pudieron ser identificados, por lo que sus cenizas terminan en el cementerio municipal del condado Pima.

Líderes religiosos y más de 100 personas se reunieron anteanoche frente al lugar donde se encuentran las cenizas de los desamparados y de los inmigrantes indocumentados, las cuales solamente están marcadas por un número de color negro, contándose 34 espacios por cada uno de los cuatro lados.

“Creemos que este es el lugar más simbólico que hemos escogido para recordar y celebrar la vida de los inmigrantes, que nadie más celebrará porque son indocumentados, no tienen familia aquí en EE.UU. y muchos de ellos ni siquiera sabemos sus nombres o sus lugares de origen”, dijo a Efe Leo Guardado, director de justicia social de la parroquia católica Most Holy Trinity.

Según estadísticas de la Coalición de los Derechos Humanos de Arizona, durante el año fiscal 2011, que finalizó el pasado 31 de agosto, fallecieron 183 indocumentados en el desierto de Arizona, cifras que están basadas en información de la Oficina del Médico Forense del condado Pima.

El 60 por ciento de estos inmigrantes no fueron identificados, según la coalición.

Desde el 2001 y hasta el 2011, la Coalición de los Derechos Humanos ha contabilizado las muertes de 2.287 indocumentados en la frontera de Arizona.

Después de pasar varios años en la oficinas del forense lo cuerpos o restos humanos que son encontrados en el desierto de Arizona son cremados y llevados a las urnas en el cementerio del condado Pima, ubicado dentro del Cementerio Evergreen, en Tucson.

Antes de que un cuerpo sea cremado, la oficina del forense se queda con el expediente y un fragmento de hueso para poder practicar un examen de ADN para verificar su identidad si en el futuro alguien indagara.

“No sabemos con exactitud cuántos indocumentados se encuentran en este lugar, aquí también se entierran a los desamparados que no tienen casas o familia y que también son traídos a este cementerio”, dijo Guardado, quien también emigró a Estados Unidos cuando era un niño de nueve años de edad junto a su madre escapando de la guerra en El Salvador.

“Muchas veces no es un cuerpo lo que se crema, a veces solo es un hueso o fragmentos debido a que es lo único que se encuentra en el desierto”, explicó el director de justicia social y uno de los organizadores del evento.

La ceremonia coincidió con la celebración del “Día de los Muertos” también conocida como “El Día de los Santos Difuntos”, una festividad mexicana que se celebra en otros países, incluyendo los EE.UU., en la que se recuerda con altares, comida, fruta, dulces , flores y veladoras a los miembros de la familia que han fallecido.

Una de las personas que acudió a la ceremonia fue Vicki Berg, residente de la ciudad de Tucson y originaria de Minesota.

“Me rompe el corazón pensar en tanta gente que ha muerto en la frontera, en la necesidad que tienen para arriesgar sus vidas”, dijo a Efe.

Indicó que particularmente le preocupan los niños y las mujeres, por lo que le gustaría que el Gobierno federal implementara un programa que permitiera a padres y esposos cruzar la frontera de manera legal, trabajar una temporada y regresar con su familia.

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain