Túnez con democracia

Ha sido votación récord en la historia de un país con el 90% de participación

TÚNEZ (EFE).— Los tunecinos celebraron ayer un día de fiesta democrática con unas elecciones históricas en las que la participación estuvo cercana al 90%, el mismo día en que la vecina Libia vivía otra fiesta al proclamar su “liberación total”

Las votaciones para elegir a una Asamblea Constituyente que debe levantar el edificio de la nueva democracia comenzaron a las 7:00 de la mañana, hora local , y doce horas después los colegios cerraron sus puertas con una enorme cantidad de votantes en su interior a los que se había garantizado su derecho al voto.

Por ello, tres horas después del cierre aún no se había ofrecido ningún resultado oficial, salvo el de la participación, y ni siquiera con exactitud, pues la cifra de 90% se refería a los 4.1 millones de ciudadanos inscritos y no a todo el cuerpo electoral (7.5 millones), pues las autoridades decidieron permitir el voto a todos los mayores de 18 años provistos de un simple documento de identidad.

El portavoz de la Instancia Superior Electoral Independiente (ISIE), Bubaker Buzabit, justificó la falta de cifras porque “la exactitud de los resultados es más importante que su rapidez”.

Según la ISIE, los resultados definitivos podrían demorarse hasta el próximo martes, dada la enorme cantidad de candidatos concurrentes y la doble contabilidad de votos realizada en cada uno de los colegios electorales.

Para tratarse de una operación inédita de verdadera competencia electoral, las irregularidades fueron mínimas, y el presidente de ISIE, Kamel Yendubi, citó entre las más importantes la denuncia de cuatro mil ciudadanos que no pudieron votar por no figurar en las listas y el caso de algunos candidatos que hicieron campaña hasta última hora, en las mismas colas de votantes.

Sin embargo, el ambiente en los distintos colegios visitados era de absoluta normalidad, lo que llamaba la atención tratándose de un país que nunca antes de hoy había vivido unas elecciones verdaderamente libres.

Una observadora francesa presente en la rueda de prensa electoral tomó la palabra, sorprendida por las explicaciones exigidas por los periodistas tunecinos sobre algunas irregularidades para recordarles que son las que se registran en países habituados a la democracia, y dijo sentir admiración por el desarrollo de los comicios.

La evidente escasez de colegios electorales y la complejidad de las papeletas de voto -en lugar de una papeleta por candidato, había una sola “sábana” con una enorme lista de todos los candidatos- hizo que las operaciones de voto tomaran mucho tiempo y que los electores tuvieran que hacer colas de hasta dos y tres horas antes de depositar su voto.

Sin embargo, no se oyeron muchas quejas, y la mayoría de los que aguantaron horas bajo el sol dieron por buena la espera. “¿Contento? Lo que estoy es orgulloso”, proclamó Lotfi, un joven de 32 años que nunca se había interesado por ejercer su derecho al voto durante las “elecciones” organizadas por Zin Elabidín Ben Ali, expulsado del poder el pasado enero tras 23 años de dictadura.

En los colegios electorales, los interventores de cada partido y coalición ejercieron minuciosamente sus tareas de control, y solo se quejaron de infracciones menores como el hecho de que algunos electores entraran en la cabina con el teléfono móvil.

La tarea de estos interventores hizo que los partidos tuvieran sus propias oficinas de conteo de votos, según pudo comprobar, pero no quisieron hacer públicos sus resultados sin haber escuchado primero las cifras oficiales, pues al fin y al cabo la ISIE ha merecido hasta ayer el respeto y reconocimiento de todos los actores en estas elecciones.

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