Becas para futuros médicos y dentistas hispanos en CA

Podrán hacer realidad su deseo de convertirse en profesionales

Gaspar Rivera, de 29 años, es el mayor de cuatro hermanos y su padre es un trabajador de la construcción. Gaspar será no sólo el primer doctor de la familia, sino el primero en tener estudios universitarios.

Los obstáculos son muchos para los latinos que optan por una carrera en las áreas de salud. La mitad de los estudiantes hispanos no se gradúan de la secundaria y muy pocos terminan sus estudios superiores. A nivel nacional los latinos representan el 5% de los médicos, un 3% de los dentistas y un 2% de las enfermeras.

“Quiero ayudar a los latinos, abogar por su salud y ayudarles a que vivan mejor. Cuando termine mis estudios, mi meta es regresar a la comunidad que tanto ayuda necesita”, dijo Rivera.

Este futuro doctor estudia último año de medicina en la Universidad de California Irvine y también está estudiando una maestría en salud pública de Universidad de California Los Ángeles (UCLA). Su plan es no sólo tener contacto directo con los pacientes latinos, sino también desarrollar programas de salud que beneficien hasta a las personas que él no pueda atender en su práctica.

Rivera, al igual que otros 14 estudiantes latinos de diferentes universidades de California, recibió una beca de la Fundación Nacional de Salud Hispana (National Hispanic Health Foundation), durante una ceremonia en un hotel en Santa Mónica el pasado jueves en la noche.

La Dra. Elena Ríos, presidenta de la fundación, resaltó la importancia de entrenar a estudiantes latinos en las diferentes carreras de salud para que atender las necesidades de sus comunidades.

“En la próxima generación de latinos, una de cada cuatro personas en el país serán latinos. Tenemos que preparar a nuestros jóvenes, darles las ayuda y el apoyo que necesitan para que puedan obtener la educación que se merecen”, dijo la Dra. Ríos.

Ella señaló que los obstáculos muchas veces se encuentran en sus propias familias. Muchos padres no le dan el apoyo que sus hijos necesitan para ir a la universidad y optar por carreras que requieren mucho tiempo y esfuerzo, como la medicina.

“A veces las familias no comprenden que entre más preparación tengan sus hijos, tendrán mejores oportunidades en sus vidas… a veces los padres quieren que sus hijos trabajen pronto para que ayuden en la casa o a veces no entienden el esfuerzo que los jóvenes hacen para continuar sus estudios. Esto afecta a los estudiantes”, dijo Ríos.

Es común encontrar a universitarios que sí han recibido el apoyo de sus padres, como Osvaldo Amezcua, estudiante de odontología de UC San Francisco y quien también recibió una beca. El tiene siete hermanos, su padre trabaja en los cultivos de frutas y vegetales, en Salinas, y comenta que aunque la familia es grande y el dinero escaso, sus padres siempre lo apoyaron para seguir estudiando.

Otros estudiantes como Gabriela Valencia han decidido regresar a la universidad porque ven la enorme necesidad en la comunidad latina. Esta joven era voluntaria en una clínica gratuita en Redwood, California, un día al mes. Su labor consistía en servir de traductora porque no había suficiente personal médico bilingüe.

“Yo he sido testigo de la enorme necesidad de doctores y enfermeras bilingües. De personal que además de hablar español, entienda nuestra cultura y pueda guiar los pacientes”, acotó Valencia, quien estudia enfermería en UC San Francisco y quien además recibió una de las becas.

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