Romney y los ‘matices’

Contrario al 2008, el aspirante a la nominación presidencial republicana, Mitt Romney, tiene en su esquina a varias de las figuras políticas cubanoamericanas más influyentes de Florida, logrando el respaldo la semana pasada de los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, y de su hermano, el excongresista Lincoln Díaz-Balart.

Ya contaba con el e senador republicano de Florida, Mel Martínez, y el ex Secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez.

Dados los cambios de postura de Romney en inmigración a través de los años, ahora centrado en la seguridad fronteriza primero y en no decir qué hacer con los 11 millones de indocumentados que no sea regresar a sus países de origen, desaparecer por arte de magia o colocarse en una fila inexistente para tratar de regularizarse, resulta digamos que complicado ver a figuras que han abogado por la reforma migratoria, aún a expensas de enfrentar a su propio Partido Republicano, defendiendo la candidatura de Romney.

Sobre todo cuando Martínez afirma que las diferencias con Romney en inmigración son más bien de “matices”.

En pasadas vidas políticas Romney defendió la reforma migratoria amplia que promovieron Martínez y el senador republicano de Arizona y candidato presidencial en 2008, John McCain. Antes de cambiar de opinión cuando buscaba la nominación presidencial republicana en 2008, Romney catalogó el plan de razonable, dijo que no era amnistía y argumentó que los republicanos opuestos al plan, también defendido por el expresidente George W. Bush, habían cometido un error.

Ahora Romney considera amnistía cualquier propuesta, así sea limitada, de lidiar con los 11 millones de indocumentados. Cuando se le pregunta qué hacer con ellos, se remite a defender la seguridad fronteriza. En una entrevista con Fox News declaró que “mi interés es decir que aseguremos la frontera y que no hagamos nada que hable de traer una nueva ola (de inmigrantes) o de atraer una nueva ola de gente al país ilegalmente”. Pero, ¿qué hacer con los que ya están aquí establecidos?

Martínez, quien puede dictar cátedra cuando de lidiar con los antiinmigrantes de su partido se trata, los mismos que nunca vieron con buenos ojos que un inmigrante que apoyaba la reforma migratoria presidiera el Comité Nacional Republicano, señaló que “no me preocupa lo que pueden ser algunas diferencias de matices” con Romney en el tema migratorio.

¿Matices?

Ros-Lehtinen y los hermanos Díaz-Balart fueron tres de los escasos ocho republicanos que votaron a favor del DREAM Act en diciembre del año pasado en la Cámara Baja, un DREAM Act al que Romney se opone.

“No estoy de acuerdo con la postura del gobernador Romney en inmigración, pero estoy firmemente de acuerdo (con él) en la economía y esa será la fuerza motriz de esta elección”, declaró Ros-Lehtinen.

En las elecciones del 2008, los Díaz-Balart, Ros-Lehtinen y Martínez apoyaron la candidatura presidencial de McCain quien terminó apartándose de su propia propuesta de reforma migratoria, pero ganó la primaria republicana de Florida con el apoyo clave del voto cubanoamericano del Sur floridano.

La elección general fue otra historia. Barack Obama ganó Florida en el 2008 donde el voto de otros hispanos, particularmente los puertorriqueños del corredor I-4, fueron instrumentales en alzarse con el voto latino colocando a Florida en la columna demócrata. También obtuvo 40% del voto cubano.

En CNN, McCain disipó las críticas a los republicanos en el frente migratorio repitiendo que Obama no cumplió su promesa de reforma. Es la estrategia republicana de apelar a los votantes latinos desafectos por la falta de reforma migratoria, aunque los republicanos no ofrezcan alternativas y crean que el récord de deportaciones de la presente administración no es suficiente. McCain, quien tras su viraje en inmigración sólo obtuvo 31% del voto latino en las elecciones generales de 2008, afirmó que en el 2012 el voto hispano está en juego.

Romney espera que el apoyo de las figuras cubanoamericanas lo ayuden en la primaria republicana de Florida el próximo 31 de enero de 2012. Quien se ha mantenido al margen es el senador republicano Marco Rubio, a quien muchos ven como un potencial compañero de fórmula del nominado republicano resultante, Romney incluido.

Rubio, como Romney, martilla el tema de la seguridad fronteriza primero, no dice claramente qué hacer con los 11 millones de indocumentados y se opone al DREAM Act.

Como Romney cambia de opinión como de camisa, quizá por eso tiene el apoyo de paladines de la reforma migratoria. Quizá esperan que en algún momento vuelva a apoyarla. A ver si los votantes latinos piensan lo mismo.

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