Se trató de una experiencia única

Stellan Skarsgård y Rooney Mara: 'Girl with the Dragon Tattoo'

Rooney Mara y Stellan Skarsgard en el estreno en Suecia de 'The Girl With The Dragon Tattoo'.

Rooney Mara y Stellan Skarsgard en el estreno en Suecia de 'The Girl With The Dragon Tattoo'. Crédito: AP

Formar parte del reparto de la recién estrenada The Girl with the Dragon Tattoo no es tarea fácil. No sólo los actores protagonistas, con Daniel Craig a la cabeza, deben enfrentarse a la descripción surgida de las páginas de la trilogía Millennium escrita por el fallecido Stieg Larsson, sino que además pueden ser comparados con las estrellas del filme original europeo estrenado hace dos años.

Eso es lo que vivieron Rooney Mara y Stellan Skarsgård, dos de los principales intérpretes del filme, que dan vida a Lisbeth Salander, la excéntrica heroína de la función, y Martin Vanger, el misterioso aunque cordial miembro de la familia que contrata a Mikael Blomkvist (Craig) para que investigue la desaparición de su prima 40 años atrás.

En conversación telefónica con ¡holaLA! -el pasado domingo y por separado-, Mara, de 26 años, y Skarsgård, de 60, explicaron los pormenores de su trabajo en el filme dirigido por David Fincher (Seven).

“Él es uno de los directores más habilidosos del mundo”, reconoció Stellan Skarsgård, actor sueco visto en la saga Pirates of the Caribbean, King Arthur, Mamma Mia!, Angels and Demons y Thor.

“Normalmente su cámara está fija y rueda una cantidad increíble de tomas por cada escena: 25, 30 o 40. Todo está compuesto a la perfección y exprime lo más que puede de cada escena, buscando algo más, algo que nos hemos olvidado o que no hemos pensado en ello”.

Rooney Mara -que trabajó con el director de Zodiac en su filme previo, The Social Network—, detalló que Fincher “tiene sus reglas básicas. Tiene un punto de vista muy estricto y una forma muy específica a la hora de filmar. Pero al mismo tiempo es un colaborador increíble con un talento impresionante”.

“Me gusta como filma. No me molesta rodar muchas tomas. Esa es su forma de trabajar y cada uno tiene la suya. Si aceptas trabajar con él, tienes que estar dispuesto a someterte a eso”, advierte la joven actriz que protagonizó el remake de A Nightmare on Elm Street.

Según Skarsgård la razón del éxito popular de la obra de Larsson está en “los dos personajes principales’, aseguró. “El resto es bastante convencional, es un misterio. No hay nada especial en su estructura. Pero los dos personajes principales son excepcionales, especialmente Lisbeth, una joven casi niña, violenta, sin miedos, pero también vulnerable y abusada. No es un personaje que aflora en la superficie, pero es alguien que al final conquista a la audiencia”.

“Hay tantas cosas que me gustan… Es un personaje tan complejo”, continuó Mara, nacida en Nueva York e hija de un ejecutivo de los New York Giants y nieta del fundador del equipo de futbol americano Pittsburgh Steelers. “No es alguien que se pueda describir con palabras: hay que descubrirlo poco a poco y así se aprende a quererlo. No hay nada de ella que no me guste”.

De su admiración por Lisbeth surgió una aproximación más humana al personaje. “Esa fue mi interpretación de ella. Nuestra intención fue seguir el libro”, expresó. “Quise hacerla muy humana. Es un personaje muy complicado, con muchas caras. Y por eso uno nunca sabe cuál va a relucir”.

Mara, que cambió radicalmente su aspecto para encarnar a Salander -“siempre ayuda pasar por una transformación física”, indicó-, “hay dos escenas que definen toda la trilogía”, en referencia a la de la violación que sufre su personaje y a la posterior venganza. y esas son. “Son dos escenas que ensayamos mucho”.

Para Stellan Skarsgård, cuya carrera empezó a finales de los años 60 en la televisión y el teatro suecos, el aspecto más difícil de su personaje fue el lidiar con los misterios que lo rodean a él y a la familia Vanger.

“Cada escena que hice al principio fue de una variada transpariencia”, explicó al respecto. “Nadie puede decir que hay nada [especial] en mi personaje. Pero conforme pasa el filme, hay cosas cosas que suceden que crean una reacción distinta [a Martin], por lo que muestro distintos colores”.

“Trabajamos muy duro en el monólogo de cinco minutos que tengo hacia el final”, prosiguió el actor, padre de Alexander Skarsgård, una de las estrellas de la serie de HBO True Blood. “Lo ensayamos en Londres y lo reescribimos, con el fin de dar una razón al por qué este hombre estaba hablando durante cinco minutos. Había que integrar [esa escena] en la acción para hacerla interesante. Pero todo estaba en el guión”.

Para el actor actuar en cintas dirigidas por cineastas del calibre de Fincher o Lars Von Trier (Melancholia, Breaking the Waves) es una ocasión única para nunca dejar de aprender. “Por supuesto, y espero que ellos aprendan algo de mí también”, dijo.

“Aprendo de cada filme que hago y al trabajar con directores tan buenos siempre hay mucho más que aprender. Estoy muy interesado en el proceso de filmar, por lo que siempre estoy a su lado. Eso hace mi trabajo mucho más fácil, porque descubro cómo son y en lo que son buenos o malos”.

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