ZONA DE JUEGO: Y… vuelve la burra al trigo

Cada vez que hablas, haces imposible mi misión de querer olvidarte, de intentar ignorarte.

Ee un lástima que no entiendas la realidad de tu situación.

Ya no estás para esto, ya no tienes la capacidad física para correr en la cancha, para aguantar patadas, para ser parte de un equipo profesional de futbol.

Inclusive tu amado equipo te lo dijo de frente y sin tapujos: “Ya estás viejo”

Tú quieres, a como dé lugar, retirarte jugando para el América, y crees que tienes el derecho de pedir dónde, cómo y cuándo retirarte.

Estás mal, mi “Cuau”, muy mal.

Tus recientes declaraciones son clara evidencia de que no aceptas enfrentar la realidad, que no te quieres dar por enterado de que como futbolista estás total y completamente acabado.

“Quiero jugar un año más para callar las bocas de aquellos que dicen que ya no puedo jugar”, dijiste.

Esa declaración, mi querido Cuauhtémoc Blanco, fue más que nada un grito desesperado para pedir trabajo, para implorar un contrato, para limosnear una chamba.

No te das cuenta de que tu forma física ya no corresponde a la de un atleta de alto nivel competitivo.

En Irapuato hiciste el ridículo, no realizaste pretemporada, llegabas a entrenar cuando querías, y en la cancha, cuando jugabas, pasabas inadvertido.

Estudiantes Tecos, Querétaro y América ya te lo hicieron saber, no entras en sus planes por tu edad.

Yo añadiría que no entras en sus planes porque ya no tienes nada que ofrecer, nada que aportar a ningún equipo de futbol profesional.

Después de retirarte como jugador, dijiste, buscarás dedicarte a ser entrenador.

Otra declaración aberrante de tú parte, mi “Cuau”.

El haber sido un excelente futbolista no te da la acreditación automática para ser director técnico.

Para llegar a ser un buen estratega tienes que estudiar y llevar una serie de cursos de capacitación, a menos que, como hizo Hugo Sánchez, vayas a Nicaragua a dar una conferencia de dos horas a cambio de tu licencia internacional de entrenador.

Es posible que tengas la capacidad para estudiar y asimilar los cursos, seminarios y clases que se deben de tomar para convertirte en estratega.

Es sólo que de lo que tengo serias dudas es de tu capacidad para poder expresar tus conocimientos, para transmitir tus experiencias en la cancha, para convertirte en líder de un grupo de futbolistas.

¿Con qué calidad moral vas a castigar a un jugador que por haberse ido de parranda llegue tarde a un entrenamiento o una concentración?

¿Con qué vocabulario vas a expresar tus ideas futbolísticas, tus esquemas tácticos, tus discursos de motivación?

Una cosa, mi “Cuau”, es usar los pies, de manera magistral, por cierto, para ganarse la vida como lo hiciste, y otra muy diferente es tener la madurez intelectual para ser entrenador.

Sé que te cuesta mucho trabajo expresarte, juntar tres frases para redondear una idea, realizar comentarios y análisis serios y profundos de un partido de futbol.

Sin esas virtudes, veo muy complicado que te conviertas en entrenador.

Ya es tiempo, mi “Cuau”, de que aceptes la realidad: ya no tienes cabida en el futbol; ni dentro ni fuera de las canchas.

Pero no te desanimes, tú le caes bien a la gente y eres un personaje popular, muy querido y admirado, por lo que siempre tendrás un lugar como “botana” en una que otra telenovela.

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