Esperanza en ventas de autos

Nuevas leyes hacen confiar al sector automotriz de LA en un pronto repunte económico

Esteban Perea, vendedor de autos en Lynwood, muestra uno de los vehículos.

Esteban Perea, vendedor de autos en Lynwood, muestra uno de los vehículos. Crédito: Aurelia Ventura / La Opinión

Con una ley estatal que cambió la política de confiscación de vehículos de conductores sin licencia en retenes de sobriedad y la propuesta de reducir el plazo de almacenamiento en la ciudad de Los Ángeles, Esteban Perea confía en que vienen mejores tiempos para su agencia automotriz.

“Aunque la gente tenga dinero no quiere comprar coches muy caros. A veces no les conviene sacarlos de los corralones”, comenta el vendedor, quien espera que los indocumentados puedan adquirir autos de modelos recientes, en lugar de aquellos desvencijados que abandonan en los depósitos.

Ahí los dejan cuando valen menos de 1,500 dólares, el cobro por el remolque y la estancia por al menos 30 días, un castigo que el gobierno de Los Ángeles quiere eliminar luego de reconocer el daño financiero que causa a las personas sin documentos legales.

Perea, administrador de la agencia “Gavino Auto Sales” de Lynwood, cuenta que el negocio no ha podido salir a flote porque, aunado a la crisis económica, las corporaciones policiacas reforzaron los decomisos en barrios latinos, lo cual ya han denunciado organizaciones.

“Los coches dejaron de venderse porque la gente no quiere invertir su dinero en estos si se los quitaban”, explicó.

No hay estadísticas que relacionen un posible repunte en la venta de vehículos con la flexibilidad de las agencias del orden en los puntos de detección de ebrios. Lo cierto es que el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) decomisó 10,000 coches menos en 2011, cuando cambió su protocolo en dichos operativos, en comparación con un año anterior.

Un reporte que la Comisión de Policía envió a La Opinión indica que el año pasado 63,456 autos fueron remitidos a los corralones por agentes del LAPD, 40% menos que hace cinco años. En general, sumando los 62,197 referidos por personal del Departamento local de Transporte (LADOT), por acumulación de multas o por estacionarse en lugares inapropiados, esa cifra bajó un 31%.

Michael Moore, jefe asistente del LAPD, comentó en una reunión de la Comisión de Policía, realizada a mediados de diciembre, que la cantidad de autos que permanecen en los corralones durante un mes o más (el año pasado fueron casi 16,000) se reducirá si los agentes le otorgan un “tiempo razonable” a un conductor sin licencia para que el dueño registrado del carro vaya al lugar y se haga cargo de este, o si le permiten recuperarlo el mismo día del decomiso.

Por el momento, el desplome ya se observa en las subastas de los coches no recuperados. Ayer, en el depósito de la compañía de grúas U.S. Tow Inc, que retiene los coches confiscados en la zona del sur-centro de Los Ángeles, con una alta población de inmigrantes hispanos, el remate se limitó a 56 coches, cuando hace dos años se llegaron a exhibir alredededor de 120.

“Ha bajado porque ya no están quitando los carros por 30 días”, explicó un empleado.

Raúl Villarreal, quien es cliente frecuente de las subastas, comentó que incluso la semana pasada solo se vendieron entre 15 y 20 coches en ese depósito.

“Ya no hay tantos como antes”, señaló.

Pese a los daños en la carrocería, llantas e interiores, los 56 automóviles, la gran mayoría fabricados en la década de los 90, se vendieron como pan caliente a un costo de entre 400 y 5,900 dólares. Antes del mediodía la empresa había obtenido un ingreso de más de 55,000 dólares, según cálculos del reportero.

Eric Rose, director ejecutivo de la asociación de Corralones Oficiales de la Policía (OPG), negó que detrás de la intensa campaña que el grupo encabeza para tratar de detener dicho cambio de protocolo exista un interés económico.

“Su preocupación es la seguridad pública, esa es su postura. Ellos apoyan las licencias de conducir provisionales” para indocumentados, aclaró.

Las compañías de grúas, sin embargo, no son las únicas beneficiadas. En 2010 (la Comisión de Policía aún no tiene cifras del año pasado) el Ayuntamiento de Los Ángeles recibió 20.6 millones de dólares por casi 140,000 vehículos confiscados.

El jefe del LAPD, Charles Beck, dijo esta semana a La Opinión que el dinero no debe regir la política de decomisos en esta ciudad, la cual será discutida hoy en el Comité de Seguridad Pública del Concejo Municipal.

“No debería ser un método para incrementar los ingresos”, subrayó.

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