Víctima del miedo

Barcelona rompe el intento de candado del Real Madrid y deja casi decidida la serie

Abidal (segundo de der. a izq.), es sepultado por sus compañeros luego de anotar el gol del triunfo blaugrana tras un excelso pase de Lionel Messi (der.)

Abidal (segundo de der. a izq.), es sepultado por sus compañeros luego de anotar el gol del triunfo blaugrana tras un excelso pase de Lionel Messi (der.) Crédito: EFE

MADRID, España (EFE).- El Barcelona volvió a conquistar el Santiago Bernabéu, castigando con futbol la tacañería de José Mourinho, que salió defensivo, y que sólo encontró el premio del gol de Cristiano Ronaldo, remontando en una noche mágica de Alexis Sánchez con goles de los defensas Puyol y Abidal, en un nuevo clásico que acabó con el triunfo azulgrana (1-2).

Las circunstancias obligaron a Mourinho a innovar. Y apostó por el equipo más afín a sus ideales.

Con su guardia pretoriana en el campo. Recuperando a Ricardo Carvalho, que no jugaba desde septiembre. Apostando por Altintop como lateral. Pepe en la medular. Un planteamiento que sorprendió a todos.

Guardiola es fiel a un estilo y a sus ideales. Los que le llevan a apostar por Pinto en la Copa. El resto, los mismos que conquistaron el Bernabéu en la Liga. Con Alexis de falso nueve. Igual de brillante.

Nacía una batalla para el Real Madrid. Un partido para disfrutar para el Barcelona. Adueñado del balón desde el primer segundo. Con un rival repitiendo el mismo concepto que aquella semifinal de Liga de Campeones. Encerrado en su terreno. Pero con tres “puñales” capacitados para destrozar a cualquiera: Cristiano, Higuaín y Benzema.

Fue el día en el que Cristiano se quitó de un plumazo su ansiedad en los clásicos. Más asociativo y generoso con sus compañeros. Desgastándose en labores defensivas. Multiplicándose en cada contragolpe. A los 11 minutos rompió la baraja. A toda velocidad. Con un pase al espacio de Benzema. Aprovechando el agujero que dejó Dani Álves para romper con una bicicleta a Piqué y superar por abajo, con un potente disparo, a Pinto.

El Real Madrid ya tenía el botín deseado. El Barcelona, un estilo que le iría dando las oportunidades. Era cuestión de paciencia.

Se descolgó mucho del ataque Messi y fue Alexis el encargado de enloquecer a la zaga blanca. Con Ramos multiplicándose ante las carencias de sus compañeros y Casillas salvador.

Le sacó una a Iniesta abajo. Otra para ver repetida a Messi pegada al palo. Y siempre con el factor suerte de los postes. El travesaño repelió un testarazo de Alexis.

El plan de Mourinho se tambaleaba, pero se mantenía en pie. Y eso que Pepe parece obsesionado en romperlo. Una nueva patada a destiempo. Un pisotón a Busquets le hizo jugar condicionado por una tarjeta 67 minutos.

La sinfonía azulgrana funcionaba. Sólo faltaba afinar el remate. Iniesta, que tenía el problema de medirse a Altintop, perdonó otra clara ante Casillas. Disparó con la zurda al lateral de la red.

Nada más iniciarse la segunda parte, un despiste en la marca de Pepe lo aprovechó Puyol. Un testarazo a la red con la potencia con la que marcó a Alemania para meter a España en la final del Mundial. 1-1.

La imaginación de Cesc e Iniesta se asoció. Pase picado y remate en carrera. De nuevo el poste salva a Casillas. Mourinho debía actuar. Mientras pensaba, Benzema dejaba un remate para levantar al Bernabéu. Un centro de Altintop lo estrelló en el poste de Pinto.

Fue cuando Mourino regresó a un 4-2-3-1 con la entrada de Ozil y Callejón. En pleno show de Pepe. Exagerando acciones en las que no le tocaban. Fingió un manotazo en la cara de Cesc y pisó la mano de Messi cuando estaba en el suelo.

Cuando se afeaba el duelo, el futbol salió premiado. En la noche de Alexis apareció Messi. Como siempre lo hace en partidos decisivos.

Picó el balón al desmarque de Abidal, que controló con el pecho y tiró cruzado. 2-1.

Ni con planteamientos valientes ni con ultradefensivos puede vencer a su eterno rival. Ahora sólo le queda apelar a una hazaña en el Camp Nou.

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