Oscar suena español

El compositor Alberto Iglesias está nominado por su trabajo en 'Tinker Taylor Soldier Spy'

Alberto Iglesias compite por el Oscar a la Mejor Banda Sonora.

Alberto Iglesias compite por el Oscar a la Mejor Banda Sonora. Crédito: EFE

MADRID, España.- El compositor vasco Alberto Iglesias vuelve a mirar de cerca al Oscar gracias a su trabajo en Tinker Tailor Soldier Spy, de Tomas Alfredson, y aplica eso de que quizá a la tercera vaya la vencida. “No sé medir mis posibilidades, pero me gustaría que fueran muchas”, explicó en entrevista.

Es el músico más laureado del cine español gracias a su trabajo con Pedro Almodóvar o Julio Medem, pero desde hace años es también uno de los compositores más cotizados en el extranjero, como demuestra su último trabajo, con el que aporta “el lado cálido” a la frialdad de los espías de John Le Carré.

Después de llegar a ser finalista al Oscar por trasladarse a África en The Constant Gardener (2005) -también basada en una novela de Le Carré- y a Afganistán en The Kite Runner, esta vez es la Inglaterra de la Guerra Fría la que centra el escenario musical de este compositor vasco, Premio Nacional de Cine en España en 2007.

“No he tenido que inspirarme en el momento, sino en esa quietud, en esa apariencia de jeroglífico que tiene la película. Mi música es el lado cálido de todo eso. Qué sienten y qué piensan los personajes más allá del control del espionaje”, resume.

Tinker Tailor Soldier Spy tiene dos nominaciones más: a Mejor Actor, para Gary Oldman, y a Mejor Guión Adaptado. Y en ella parece abrir veta con Tomas Alfredson -que saltó a la fama con Let Me In- para un nuevo tándem mágico, como el que ha formado con Almodóvar o con Medem.

Este año, Iglesias tiene dos “hijas” entre las que le cuesta elegir. La música de La piel que habito, por la que opta al que sería su décimo Goya, “tiene más riesgo y es más atrevida formalmente, porque la película también lo es. Pero es muy difícil optar al Oscar con una película de habla no inglesa”, argumenta.

Sus contrincantes no parecen fáciles, como ya le ocurrió en 2006. John Williams, al que califica de “icono de la música” ocupa dos de las nominaciones en su categoría, esta vez por War Horse y The Adventures of Tintin, ambas de Steven Spielberg.

Sus otros dos competidores son el favorito Ludovic Bource, que no tiene diálogos que interrumpan su labor en la cinta The Artist, y otro nombre de peso, Howard Shore, por Hugo, de Martin Scorsese.

Alberto Iglesias confiesa que sigue “en la periferia de Hollywood”, pues al fin y al cabo ha llegado a los pies del Oscar con un director brasileño -Fernando Meirelles-, un germanosuizo -Marc Foster- y, ahora, un sueco -Tomas Alfredson-.

“Hollywood necesita los caminos laterales que muchas veces acaban llegando también a la carretera central. Si me llaman de una película puramente de Hollywood no diría que no. Hay películas de industria muy buenas”, asegura.

Y recuerda que “en los años treinta y cuarenta, los cimientos de Hollywood se formaron, como la propia América, de una inmigración y un flujo constante. Todo el romanticismo y el neoromanticismo de la ópera se vertió en la música del cine de aquellos años. Eran unos compositores muy cultos”.

Después de mirar al pasado, el futuro lo tiene todavía sin nombres concretos, pero no quiere cambiar de registro. “Cada vez me interesa más el cine. Me alimenta las relaciones con los directores”, confiesa

Y en el presente, hoy celebrará la buena noticia con todos los que han trabajado con él en esta partitura”. “Es mi equipo español, aunque grabamos en Londres, hemos estado trabajando en Madrid”.

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