Conjuros para triunfar

Migdalia Dávila, propietaria de una de las botánicas en Las Vegas, habla sobre como en su negocio vende hasta para el triunfo de políticos.

Migdalia Dávila, propietaria de una de las botánicas en Las Vegas, habla sobre como en su negocio vende hasta para el triunfo de políticos. Crédito: Cristina Loboguerrero / EDLP

LAS VEGAS, NEVADA – A la hora de obtener la victoria, bien sea en el campo político, laboral, comercial o hasta en el amor la gente acude a toda serie de artilugios para alcanzar su objetivo.

A Alma Mendoza, de 58, la gente la busca para pedir por el triunfo de candidatos a puestos políticos, de países centroamericanos y locales, así como para resolver problemas económicos, laborales o del corazón.

A su casa, que no tiene ningún lujo y en donde se respira mucha paz, Mendoza llegó desde Honduras directamente a Las Vegas, hace 15 años. “Lo mío es la espiritualidad”, dice pausadamente,

En uno de los cuartos pequeños de su apartamento, ubicado en la zona norte de Las Vegas, Alma tiene un altar que literalmente llega hasta el techo, desde donde baja un encaje blanco que sirve de marco a las imágenes de la Virgen de Guadalupe, San Francisco de Asís, la Virgen de la Misericordia y Cristo Crucificado.

Es ahí, delante de ese altar que Alma, cada vez que se lo piden, se unge sus manos con aceite de oliva y se inca a orar. “Lo mío está basado en la fe, la oración”, dice mientras varias personas esperan para ser atendidas.

Alma no cobra dinero, ni hace publicidad, su clientela llega por recomendación de otros, por su efectividad, que la respalda con múltiples testimonios, que indican que con su ayuda dos presidentes de Centroamérica han podido llegar al poder.

Así como otros que han obtenido victorias a nivel local, sin mencionar sus

nombres por un compromiso que ha asumido con sus clientes.

Para Migdalia Dávila, propietaria de la botánica Mexven, de la avenida

Lake Mead, todo lo que ella vende en su negocio, “la gente lo compra para hacer sus propios conjuros”.

Explicando que, “personalmente no dudo que existan personas que tienen dones, pero tampoco podemos negar que hay quienes se aprovechan de la gente”.

Dávila llegó de Venezuela hace 5 años y es médico de profesión, aunque no ejerce acá, se dedica a su negocio del que dice que la gente concurre en busca de múltiples artículos como son las velas, los aceites y esencias.

La mujer recuerda, además, ahora que el tema de la política está bien candente, que el año pasado un señor le pidió velas de varios colores porque quería pedir un milagro para un político del que le dijo textualmente que era para que “el santico lo ilumine”.

Por su lado, Jesús Robledo, que es propietario de una botánica de la avenida Charleston, afirma que lo que más vende es todo lo relacionado a la Muerte Santa, representada con una calavera con una guadaña en la mano.

“La venta se ha incrementado mucho, la usan para negocios, trabajo o dinero, y hasta para el amor”, dijo el hombre oriundo de México.

Efectivo o no, los entrevistados para este reportaje coincidieron que

la razón principal por la cual funcionan algunos conjuros –o trabajos- es dependiendo la fe que se le ponga a cada pedido.

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