Más que un ‘piquetito’

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Crédito: Agencia Reforma

Una vacuna es más que un “piquetito”. Con su aplicación se refuerza la salud del niño, porque le ayudan a prevenir 13 enfermedades; sin embargo, es un hecho que a pesar de esas ventajas es importante observar los efectos que causan los biológicos en los pequeños.

Ana Myrian Reyes Pérez, coordinadora del Programa de Infancia de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), precisa que el efecto secundario más frecuente que provoca una vacuna es dolor en el sitio del piquete.

“El evento temporalmente asociado a la vacuna (más común) es el dolor local, que debe de pasar después de seis horas; (en ese momento) ya no debe de existir y en dado caso de que exista, la madre debe de regresar a la unidad de salud para que (el bebé) pueda ser revisado”, explica la especialista.

“El otro evento puede ser incremento de la temperatura, por eso se pide que el niño no tenga fiebre cuando se vacuna”.

El esquema de vacunación para los niños empieza desde que nacen, cuando reciben la dosis de la hepatitis B y la BCG, que protege contra la tuberculosis meníngea.

Posteriormente, antes del año de edad, el bebé recibe otras vacunas como la del rotavirus, la antineumocóccica, y la pentavalente “que ayuda contra el tétanos, difteria, tosferina, poliomielitis e influenza B”, de acuerdo con Reyes Pérez.

Al cumplir 1 año, al chico le aplican refuerzos de la neumocócica y la pentavalente, además de la triple viral (sarampión, rubéola y parotiditis), comenta Estela Rodríguez Michel, encargada de la Coordinación de Enfermería de Salud en el Trabajo de la Delegación Jalisco del IMSS.

A los 4 años el niño recibe la dosis de la DPT “difteria, tosferina y tétanos” y a los 6 hay otro refuerzo de la triple viral, dice.

“A partir de los seis meses empezamos a agregar al esquema una vacuna que es contra influenza estacional y esta vacuna se aplica anualmente”, agrega.

¡A vacunarlos!

Los papás deben de organizarse para darle a sus pequeños un esquema de vacunación completo. Antes que cualquier biológico, el consejo de la especialista de la SSJ es que las mamás alimenten a sus bebés los primeros 6 meses con leche materna.

“Es la única forma en la cual el niño va a recibir inmunidad activa por parte de la madre y es la única forma en la cual nos va a permitir que si nosotros tenemos algún desabasto en biológico, Èl (el bebé) esté protegido por la inmunidad de la propia mamá”, expresa Reyes Pérez.

“La otra la recomendación (…) es acudir a las unidades de salud y ponerle en ese momento las vacunas que existen en la unidad de salud, no esperar a que tengamos todo el paquete”, sugiere la experta.

La coordinadora admite que hay ocasiones en las que el abasto de vacunas en las clínicas del sector Salud no está completo, pero lo importante en estos casos es aplicar el biológico disponible y hacer un esquema especial para que el niño reciba las dosis posteriormente.

Echele un ojo

Además del llanto y el dolor en la zona del piquete, los papás deben estar al pendiente de su niño después de que éste reciba sus vacunas.

La primera indicación es permanecer en la unidad de salud al menos 15 minutos más después de que el chico recibió la inyección.

De acuerdo con el Seguro Social, la mayor parte de las reacciones adversas que provocan las vacunas y que son graves aparecen en ese lapso de tiempo.

Sin embargo, el consejo es observar al niño de 24 a 48 horas, ya que el incremento de temperatura y las erupciones cutáneas pueden hacerse presentes.

“En fiebre se les indica, por ejemplo, si sube de menos de 38 grados, hay que darle a medios físicos o su bañito, que no haya corrientes de aire, pero si ya sube arriba de 38.5 bueno, pues se le puede dar paracetamol”, indica Rodríguez Michel.

“Ya cuando es así una fiebre más de 39 hay que llevarlo al médico”, aclara. Si se ven reacciones que se consideren anormales, de inmediato se tiene que trasladar a un centro de salud.

Cuando el niño cursa un padecimiento crónico, como la leucemia, no se le debe aplicar el biológico sin que antes lo revise un especialista y lo autorice.

Tampoco se debe de poner la vacuna si el niño tiene alguna infección o es alérgico al huevo, tal es el caso de la vacuna de la influenza o la del sarampión.

“Tenemos un año para completar el esquema de vacunación en los niños, algunos no van a ser como está establecido en la cartilla, pero sí tenemos el año para poder completarle esquemas para cada uno de los que nos hicieron falta vacunas”, concluye Reyes Pérez.

Reacciones más comunes

  • Hinchazón en la zona de la aplicación
  • Erupciones cutáneas
  • Fiebre
  • Malestar general
  • Dolor en el lugar donde se puso la vacuna
  • En casos extremos, luego de la aplicación, al niño le pueden dar convulsiones

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