Michelle favorece a Obama con su propia campaña

Dallas.- En los últimos días, bailó animadamente con niños en una escuela, conversó con militares, intercambió ideas con atareados padres y participó en una competencia amistosa con estrellas del programa de televisión “Top Chef”.

Michelle Obama está de gira para promocionar el segundo aniversario de su campaña contra la obesidad infantil. Las imágenes han sido cautivantes, fascinantes y apolíticas, justo el tipo de cosas que necesita con desesperación la campaña de reelección de su esposo.

A exactamente cinco años del día en que el entonces senador Barack Obama anunció que buscaba la presidencia, los viajes de la señora Obama esta semana ofrecen evidencia nueva de la magnitud que ha adquirido su papel ante la opinión pública y la importancia que puede tener una primera dama como recurso político.

Parece que en semanas recientes Michelle Obama ha estado en todas partes: haciendo flexiones con Ellen DeGeneres. Sirviendo pizza a Jay Leno. Jugando a tirar la cuerda con Jimmy Fallon en la Casa Blanca. Y ahora haciendo un inusual gira por cuatro estados —Arkansas, Florida, Iowa y Texas— para festejar dos años de su iniciativa “A moverse” (Let’s Move).

La primera dama traza una línea entre su política de esfuerzos para combatir la obesidad infantil y sus actividades políticas. Pero este tipo de distinciones muchas veces se pierden ante el público.

En un año electoral, es beneficioso para Barack Obama que su popular esposa viaje por el país promocionando temas como la vida sana y el apoyo a las familias de militares.

En un sentido más limitado, la señora Obama también cumple un papel más abiertamente político al encabezar eventos privados para recaudar fondos para la campaña de su esposo, acercándose a los partidarios a través de conferencias en varios estados y enviando periódicamente correos electrónicos a personas que respaldan al presidente en todo el país.

Y esa parte de sus labores se incrementará considerablemente en los meses por venir.