El desempleo hace jonrón entre las estrellas

Justamente hace un año, en un 18 de febrero, Vladimir Guerrero y los Orioles de Baltimore firmaban un contrato que dejó perplejos a muchos. ¿Por qué darle 8 millones de dólares por una temporada a un jugador en franco declive?

Iván Rodríguez  espera un llamado para posiblemente convertirse en un mentor de un receptor promisorio.

Iván Rodríguez espera un llamado para posiblemente convertirse en un mentor de un receptor promisorio. Crédito: AP / Lynne Sladky

NUEVA YORK – Justamente hace un año, en un 18 de febrero, Vladimir Guerrero y los Orioles de Baltimore firmaban un contrato que dejó perplejos a muchos. ¿Por qué darle 8 millones de dólares por una temporada a un jugador en franco declive?

Aunque logró convertirse en el dominicano con más hits en las mayores (acumula 2,590), los números de Guerrero no fueron sobresalientes como bateador designado y 2011 acabó como la peor campaña de su carrera.

Su promedio de .290 fue el más bajo desde su año de novato con Montreal en 1996. Trece jonrones y 63 impulsadas no justifican 8 millones.

Al iniciar de lleno la pretemporada este fin de semana, Guerrero seguía en la lista de desempleados, y en nada ayuda que a sus 37 años está restringido a una sola tarea: bateador designado.

Hay alrededor de 30 agentes libres en una situación similar -sin trabajo- cuando los pitchers y receptores empiezan a llegar a los campos de entrenamientos en Arizona y Florida.

Está Iván Rodríguez, a sus 40 años, con sus pergaminos para ir al Salón de la Fama y a 156 hits de los 3,000, esperando un llamado para posiblemente convertirse en un mentor de un receptor promisorio.

Algunos finalmente se percatan que el final de sus carrera ha llegado, como ocurrió esta semana con Tim Wakefield.

El nudillista de 45 años prefirió el retiro al ver que lo mejor que los Medias Rojas de Boston le ofrecían era un contrato de ligas menores para que pudiese pelear por un puesto en la pretemporada. Toda una situación embarazosa para ambas partes: un popular jugador expuesto al fracaso de quedar ignominiosamente al margen.

“Sigo siendo un competidor, pero al final creo que esto era lo mejor para los Medias Rojas”, dijo Wakefield en un acto de reflexión. “Creo que esto es lo mejor para mi familia. Y para ser honestos con ustedes, siete victorias no me harán una persona diferente o un mejor hombre. Mi familia me necesita mucho en casa”.

A Wakefield le faltaban siete triunfos para pasar a ser el lanzador con más victorias en la historia de la franquicia, estadística encabezada por Roger Clemens y Cy Young con 192.

De vuelta a Guerrero, el gran problema es que la Liga Americana es el único circuito en el que puede estar por su condición de designado.

Y el otro inconveniente es que hay demasiada gente pasada de los 35 años haciendo cola para una posición en la que no hay plazas disponibles. Manny Ramírez (39 años y 50 juegos de suspensión), Raúl Ibáñez (39), Magglio Ordóñez (38), Johnny Damon (38) e Hideki Matsui (37) también buscan lo mismo.

Es una pena que los Astros de Houston no se hayan mudado este mismo año para que la Americana tuviese 15 equipos, en vez de los 14 actuales.

Casi todos los 14 conjuntos de la Americana ya tienen ocupadas sus plazas de designados, algunos con más de uno. Con Albert Pujols a bordo, los Angelinos deberán repartir turnos en ese puesto entre Bobby Abreu, Kendry Morales y Mark Trumbo.

El traspaso de A.J. Burnett de los Yankees a los Piratas de Pittsburgh ayudará a Nueva York a ahorrarse un dinero que les permitirá adquirir un designado. La expectativa es que Ibáñez, un bateador zurdo que jugó como jardinero las últimas tres campañas en Filadelfia, sea al escogido.

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