Histórica fecha para los lavacoches

Hoy se firmarán los contratos colectivos en dos centros de lavado en Los Ángeles

Manuel Martínez, de El Salvador, sufrió robo de salario y  trabajó largas jornadas para procurarse alimentos.

Manuel Martínez, de El Salvador, sufrió robo de salario y trabajó largas jornadas para procurarse alimentos. Crédito: Ciro César / La Opinión

Manuel Martínez nunca fue a la escuela, pero siempre supo que no recibir un pago por todas las horas que lavó coches, no contar con un horario de comida, comprar el agua que bebía y ser obligado a dar parte de las propinas que recibía a su supervisor, era un abuso laboral. “No nos permitían comer si había trabajo y si lo hacíamos el encargado agarraba a patadas las mesas y tumbaba la comida y las sodas, porque se enojaba”, comenta Martínez, un salvadoreño que se ha dedicado a limpiar vehículos desde que llegó a Estados Unidos, en 1993.

“A mí intentó dos o tres veces pegarme porque yo le reclamaba mis derechos, porque todo trabajador tiene derecho a tomar agua, a comer; él quería que sólo estuviéramos trabajando”, dice.

Pero el día de pago los propietarios del establecimiento Vermont Car Wash, ubicado en el Sur de Los Ángeles, se hacían de la vista gorda. A Manuel y a sus compañeros solían restarles horas de trabajo, casi siempre les terminaban pagando cinco diarias, aunque hubiesen permanecido ahí nueve o más.”Nos quitaban hasta las propinas”, recuerda Juan Chavarría, un hondureño que ha limpiado autos en ese local desde hace tres años. “En la tarde había que darle a él [al supervisor] dinero. Llegamos a darle hasta 12 dólares los fines de semana”, contó.

Martínez y Chavarría forman parte del grupo de lavacoches que hizo historia en Los Ángeles, al integrar los primeros dos sindicatos en la ciudad, en los centros de lavado Vermont y Nava’s Car Wash. Los logros de esa lucha se formalizarán hoy con la firma de los contratos colectivos de trabajo. Ellos se unen a los empleados del local Bonus Car Wash, en Santa Mónica, el primero en el país con un acuerdo laboral.

Al evento, que se realizará en el domicilio de Vermont Car Wash (6219 S. Vermont St) a partir de las 2:00 p.m., asistirán el alcalde de la ciudad Antonio Villaraigosa, el presidente de la Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), Richard Trumka, y la secretaria-tesorera de la Federación de Sindicatos de este condado, María Elena Durazo.

“Lo que estos contratos representan son un trabajo bien remunerado, un mejor nivel de vida y una voz para uno de los grupos de trabajadores más explotados de nuestra ciudad”, expresó Villaraigosa.

“En una industria donde prolifera el robo de salarios y el abuso, estas empresas se han dispuesto a hacer lo correcto”, aplaudió el funcionario.

Los acuerdos de sindicalización se lograron con base a los esfuerzos de la campaña de la Red Comunitaria de Trabajo y Acción Ambiental (CLEAN), lanzada en 2008 con el respaldo de grupos comunitarios y de la federación AFL-CIO.

Desde entonces no han dejado de ventilarse los abusos en la industria no regulada de lavado de autos y se han alcanzado importantes logros en el ámbito legal.

En 2010, un juez impuso una multa de 1.25 millones de dólares a los dueños de Wash & Go Hand Wash de la ciudad de Irving por explotar a 54 empleados; y los propietarios de los centros de lavado Celebrity Car Wash, Hollywood Car Wash, entre otros, fueron condenados a un año de cárcel por robo deliberado de salarios, violaciones a leyes laborales, incluso por amenazar a sus trabajadores con un machete.

Desde hace más de un año, cuando se aprobó la formación del sindicato en Vermont, las cosas han cambiado. “Ahora nos respetan la comida, nos pagan las horas que trabajamos”, celebra Martínez.

Chavarría, por su parte, aplaude algo tan simple: que ahora el dueño les proporcione agua para beber en el lugar de trabajo. “Antes teníamos que comprarla y si no teníamos tiempo [para ir a la tienda] pasábamos sed”, recuerda con tristeza el empleado.

Mi Sook Kim, propietaria del establecimiento, no reconoció las fallas cometidas, prefiriendo cambiar de página, una donde ambas partes han salido beneficiadas. Su hermano, el presunto supervisor abusivo que les exigía parte de las propinas y no les permitía descansar o comer, ya no trabaja ahí.

“Un sindicato es bueno para los empleados, pero también para los dueños del negocio”, resaltó Kim.

“Firmamos el contrato con el sindicato porque no queremos que nada ilegal ocurra y porque es bueno para los empleados que supuestamente trabajaban muy duro”, continuó.

Pero aún falta mucho por limpiar en una industria que abarca 500 establecimientos y alrededor de 10,000 trabajadores, en su mayoría hispanos.

Por eso Chavarría lanza este mensaje a los lavacoches oprimidos: “No tengan miedo, que nadie los va a correr; no se vendan con el patrón sólo porque les hizo una carne asada, sigan adelante, porque la carne asada la pagará con el dinero que les robó”, expresó.

En esta nota

Ángeles Inmigración

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain