Sociedad: Obesidad temprana

Cada vez más niños en Estados Unidos se están volviendo obesos y a más temprana edad. Y como lo demuestran las cifras, los problemas son más pronunciados en ciertos grupos étnicos.

En un artículo publicado en The Journal of Pediatrics (Revista de Pediatría) los científicos sostienen que un 12% de las adolescentes negras y un 11% de los adolescentes hispanos son extremadamente obesos y que pueden tener una expectativa de vida de 10 a 20 años menor a la media normal.

Se cree que el índice de la masa corporal (IMC) es una manera confiable de medir la adiposidad en el cuerpo humano basándose en el peso y la altura de la persona. Para un niño de 10 años, un IMC de 18 se considera saludable.

En Estados Unidos, los niños con un índice de 35 o más son considerados extremadamente obesos. Para algunos los riesgos son aún mayores. La investigación halló que más del 3% de los adolescentes negros tenían un IMC de 50 o más.

Se sabe que una de las principales causas del aumento en el sobrepeso y la obesidad infantil es el alto consumo de grasas y calorías, aunado a una reducción en los niveles de actividad física. Se sabe también que el sobrepeso y obesidad en los niños ha estado asociado al desarrollo de enfermedades cardiovasculares como diabetes, hipertensión y altos niveles de colesterol

Pero en el nuevo estudio los científicos de la Universidad de Leipzig, Alemania, encontraron que hasta 50% de los niños obesos podrían también tener daños en las arterias, similares a la ateroesclerosis que se ve en los adultos

El endurecimiento de las arterias, también llamado ateroesclerosis, ocurre cuando se acumula grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias y forman estructuras duras llamadas placas. Con el tiempo, estas placas pueden bloquear las arterias y dificultar el flujo de sangre a través de ellas

No es de sorprender entonces que los niveles altos de colesterol en la sangre pueden llevar a que este proceso suceda a una edad más temprana? ¡en niños obesos de 12 años!

“Entre más alto el peso corporal, peor la función de la arteria”, expresan los científicos.

Por eso -afirman- es urgente comenzar las estrategias de prevención de obesidad en los primeros años de la niñez para revertir las actuales tendencias.

La obesidad es uno de los frentes de acción prioritarios para la Administración Obama que trata de luchar contra unas estadísticas que muestran que la obesidad en los niños de entre 2 y 5 años se ha duplicado en las últimas cuatro décadas.

El incremento de los estándares nutricionales en los comedores de los colegios es parte de la ley para combatir el hambre y la obesidad infantil que el presidente Obama firmó en diciembre de 2010, por la cual la leche descremada, los vegetales y las carnes sin grasas son los ingredientes del nuevo menú escolar, en el que se limita la sal, el azúcar y, por primera vez en la historia, el número de calorías a ingerir.

Mientras la Primera Dama Michelle Obama con su programa “Let’s move” dirigido a las guarderías, ha buscado asegurarse de que los pequeños hagan ejercicio una o dos horas al día, ya que más de la mitad de los niños obesos alcanzaron el sobrepeso antes de cumplir los dos años, según cifras oficiales.

Aunque la estrategia gubernamental sobre la materia ha surtido efecto, no ha sido tanto como para cumplir con la meta de reducir en 15 por ciento el número de obesos

Algunos especialistas lo atribuyen a la severa crisis económica que golpea a buena parte de la población, en especial a las clases media y pobre. La falta de empleo y de ingresos parece llevar al consumo de comida de menos calidad y a que, por la depresión, la gente abandone la sana costumbre de hacer ejercicio.

Los expertos aseguran que debido a que la obesidad está causada por muchos factores, la promoción de la actividad física y el consumo de frutas y verduras por sí misma no va a ningún lado, y no tienen ningún resultado si no cambian los factores medioambientales

Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el 45% de las familias de bajos ingresos viven en “desiertos alimentarios”, en comunidades donde no tienen acceso a alimentos frescos saludables como frutas y verduras o carecen de supermercados.

Lo que sí abundan son restaurantes de comida rápida, también conocida como “comida chatarra”

El 84 por ciento de los padres informan llevar a sus hijos a un restaurant de comida rápida al menos una vez por semana y el 66 por ciento dijo que fue a McDonald’s en la última semana.

Como consecuencia, un adolescente entre 12 y 18 años consume de 800 a 1,100 calorías por cada visita en un restaurante de comida rápida.

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