NACIONES UNIDAS (EFE).- Estados Unidos propuso ayer al resto de miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU un nuevo proyecto de resolución sobre Siria, que pide el cese de la violencia y el acceso inmediato de los trabajadores humanitarios, además de dar apoyo a la iniciativa de transición de la Liga Árabe.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, presentó el texto a los representantes de Rusia, China, Francia y el Reino Unido, en una reunión a puerta cerrada en la que también participó Marruecos como representante del grupo de países árabes y defensor del último intento del Consejo por condenar a Damasco en febrero.
“Iniciamos hoy los debates preliminares entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Marruecos sobre si existe la posibilidad de alcanzar un acuerdo para un potencial texto que pida el fin de la violencia en Siria y el acceso humanitario inmediato”, dijo Rice en un comunicado al fin de la reunión.
La diplomática estadounidense no entró a valorar el encuentro, pero alertó de que se trató “sólo del principio” de las negociaciones, al tiempo que subrayó que, “cuando existan las bases para un texto viable y cargado de significado”, Estados Unidos lo presentará al conjunto del Consejo de Seguridad.
Fuentes diplomáticas señalaron sin embargo a Efe que la reunión no les permite ser “muy optimistas” acerca de la posibilidad de que Rusia y China puedan acercar posturas con occidente y los países árabes para lograr una reacción contra Damasco en el Consejo.
El proyecto de resolución tiene una vertiente humanitaria y también política, y pide el cese de la violencia primero a las autoridades sirias y, en caso de que éstas lo cumplan, también exhorta a las fuerzas de la oposición “a abstenerse de toda violencia”, según una copia a la que Efe tuvo acceso.
El texto, muy similar al último que en febrero fue vetado por Moscú y Pekín, se hace eco del plan de acción de la Liga Árabe y pide al Gobierno de Bachar al Asad que “cese toda la violencia y proteja a su población”, así como que ponga en libertad a “todas las personas detenidas arbitrariamente”.
También condena “las continuas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos y las libertades fundamentales” cometidas por el régimen sirio y le exhorta a detenerlas.
Se trata de un nuevo intento de los países occidentales para lograr que el Consejo de Seguridad actúe para detener la violencia en Siria, después de que Rusia y China lo hayan impedido en dos ocasiones, en octubre y febrero, cuando ejercieron su derecho a veto contra sendas resoluciones de condena a Damasco.
El proyecto de resolución también deplora “el rápido deterioro de la situación humanitaria en el país”, por lo que pide a Damasco que permita “el acceso inmediato y sin impedimentos a la ayuda humanitaria para todas las poblaciones que la necesitan”.