Despedida por usar el baño

Camionera alega ser señalada por promover a un sindicato; empresa dice que violó normas

Apenas al salir del depósito, Xiomara Pérez-Barragán sintió un malestar en el estómago que la obligó a estacionar el camión que conducía cerca de un restaurante de comida rápida para usar los sanitarios. La maniobra, que consideró de “emergencia”, le costó el trabajo.

Ella alega que no tardó más de diez minutos en el establecimiento y que la carga que llevaba se entregó a tiempo, pero la empresa Toll Group, investigada por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) por presuntas prácticas antisindicales, decidió despedirla por violar una de sus normas.

“¿Cómo pueden correr a un ser humano por usar el baño?”, expresó indignada Pérez-Barragán, quien perdió el empleo el viernes pasado, algo que echó más leña al conflicto entre la compañía y un grupo de choferes, que la acusan de maltrato y de tomar represalia por intentar formar un sindicato.

Pérez-Barragán lideraba esa lucha. “Nos tratan peor que animales. Nos han callado de la forma en la que ahora me han callado a mí”, dijo a La Opinión quien trabajó para Toll durante casi tres años.

El uso de sanitarios de restaurantes, áreas de descanso, parques públicos y otros sitios es una práctica común entre los camioneros, quienes pasan en la carretera la mayor parte de su jornada laboral.

Toll, dijo, le explicó que no tenía permitido detenerse en su ruta. La empresa transportista, sin embargo, da otra versión, alegando que la conductora estacionó el camión en una zona ilegal y que en un principio mintió, afirmando que nunca había entrado al restaurante.

“Una investigación posterior encontró que la conductora entró al [restaurante] McDonald’s [en la ciudad de Carson], hizo fila, ordenó comida y salió, y nunca entró al baño”, indicó su portavoz Andrew Ethell.

Algo que ha preocupado al sindicato de los Teamsters ha sido la manera en la que la empresa se enteró que Pérez-Barragán se había detenido en el establecimiento: por el aviso de un supervisor.

Ahora temen que la empresa esté espiando a los líderes del movimiento, el cual aún no ha llegado al punto en que los choferes deban votar para decidir si forman o no el grupo gremial.

“Si un grupo de trabajadores en Estados Unidos puede ser despedido simplemente por usar el baño, no hay duda de que estos camioneros del puerto necesitan formar un sindicato para protegerse contra estas injusticias”, expresó Fred Potter, vicepresidente de la División de Puertos de los Teamsters.

Ayer, los compañeros de Pérez-Barragán enviaron a la empresa una carta de extrañamiento donde le pidieron contratarla nuevamente. Los Teamsters planean presentar una queja ante la NLRB.

Toll Group, que el año pasado despidió a 26 choferes que deseaban conformar un sindicato, aunque después le regresó el trabajo a ocho, no comentó sobre este caso en particular.

En enero, la compañía resaltó que ya había resuelto la acusación más grave por la cual era investigada por la NLRB: por tratar de parar la unión. Para ese entonces, recalcó, solucionaba otras quejas, como haber preguntado a los empleados sobre su punto de vista respecto a la afiliación sindical.

“Apreciamos el valor de los sindicatos y estamos contentos de trabajar con ellos si nuestros empleados colectivamente deciden unirse”, dijo la empresa en un comunicado.

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