PARÍS, Francia (AP).- Mientras la luz del sol desaparecía y el viento levantaba la arcilla de la cancha, Novak Djokovic observó un último ace de Roger Federer en su emocionante duelo por las contiendas semifinales del Abierto de Francia del 2011.
Ha pasado casi un año desde aquella tarde, y Djokovic no ha vuelto a perder un solo partido de Grand Slam.
El serbio ha ganado 21 en fila, un período en el que levantó los trofeos de Wimbledon en julio, el Abierto de Estados Unidos en septiembre y el Abierto de Australia en enero.
Si prolonga esa racha en Roland Garros en las próximas dos semanas, se convertirá en el primer hombre desde Rod Laver en 1969 que gana cuatro majors consecutivos.
Sin duda, sería un logro extraordinario. Y es algo en lo que el tenista de 25 años trata de no pensar en la antesala del segundo major del año, que arranca el domingo.
“Definitivamente significaría mucho para mí, pero no he pensado mucho en eso, porque no quiero ponerme demasiada presión”, comentó el número uno del mundo, para agregar, con una sonrisa, “presión que no necesito en este momento, porque ya tengo suficiente”.
Djokovic insiste que quiere encarar el torneo de la misma manera que lo haría en cualquier año y circunstancia.
¿Cuál es la opinión de Federer? En pocas palabras: suerte.
“Lo difícil es igual para todos: cada punto que juegas, cada partido que juegas, la presión que enfrentas, y contestar las preguntas una y otra vez”, señaló el astro suizo, quien en dos ocasiones estuvo a ley de un partido de ganar cuatro Grand Slam en fila, pero ambas veces perdió la final del Abierto de Francia ante Rafael Nadal en 2006 y 2007.
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