La fructosa podría alterar la función cerebral

Investigación dice que el azúcar procesada afecta la memoria

Dora  Elizarraraz eliminó en su familia los alimentos con fructosa procesada,  para evitar la diabetes y el sobrepeso.

Dora Elizarraraz eliminó en su familia los alimentos con fructosa procesada, para evitar la diabetes y el sobrepeso. Crédito: Aurelia Ventura / La Opinión

Al neurocirujano e investigador de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), Fernando Gómez-Pinilla, le preocupa mucho la dieta de los latinos en Estados Unidos, principalmente por el alto consumo de bebidas azucaradas con fructosa procesada de maíz (high fructose corn syrup).

Gómez-Pinilla realizó una investigación sobre el efecto del azúcar procesada y encontró que afecta la capacidad del cerebro de aprender y procesar información.

“Lo más importante que estamos demostrando es que lo que comes afecta la forma de pensar… Una dieta alta en fructosa procesada durante un periodo largo, altera la habilidad del cerebro de recordar información, pero si se le agrega Omega 3 a la dieta, se puede minimizar el daño”, dijo el doctor Gómez-Pinillo.

La principal fuente de Omega 3 es el pescado, dijo el experto. Él prefiere los pescados pequeños que provienen del mar como las sardinas, en lugar de los pescados criados en cautiverio o los pescados grandes que muchas veces contienen altos niveles de mercurio, como el atún.

Las fuentes de fructosa en la dieta tradicional estadounidense provienen de la caña de azúcar (sucrosa) y de la fructosa procesada de maíz. Ésta última es utilizada por la industria de la comida procesada porque es barata y mucho más dulce que la sucrosa.

En promedio, los estadounidenses consumen unas 35 libras de fructosa procesada de maíz y unas 47 libras de sucrosa, según estadísticas del Departamento de Agricultura (USDA).

Gomez-Pinilla aseguró que a él no le preocupa el consumo de la fructosa natural que se encuentra en las frutas, ya que tiene un alto valor nutricional y efectos positivos en el cuerpo.

Dora Elizarraz, residente de Huntington Park y madre de tres pequeños, conoce muy bien el efecto del azúcar en el cuerpo.

Ella ha dejado de tomar bebidas gaseosas y azucaradas, no sólo porque ha sido diagnostica con diabetes, sino porque se sentía cansada y le afectaba anímicamente.

“Antes comía de todo. Me gustaban mucho los dulces, el pan dulce y tomaba sodas. Ahora tomo agua en lugar de soda, incluso cuando salimos a comer”, dijo Elizarraz.

Aunque ella ha hecho cambios en la forma en que come, reconoce que le preocupa el consumo de azúcar y de frituras de sus hijos. Su hija de 11 años tiene sobrepeso y a veces le cuesta concentrarse.

“Yo quiero que mis hijos coman saludable. Por eso cocino en casa la mayor parte del tiempo. Lo que más me preocupa es que ellos puedan desarrollar diabetes como mi mamá, mi papá, mis hermanos y yo”, dijo Elizarraraz.

Investigaciones anteriores han relacionado el consumo de la fructosa procesada de maíz con la resistencia a la insulina (diabetes tipo dos).

Por su parte, la Asociación de Refinadores de Maíz respondió a la investigación del Dr. Gómez-Pinilla diciendo que “la fructosa es un endulzante común encontrado naturalmente y presente en la fruta, vegetales, jugos de fruta y muchos endulzantes calóricos. Es más, los humanos normalmente consumen fructosa en combinación con glucosa en todas estas comidas y bebidas”.

“Hay abundantes evidencias científicas que demuestran que el consumo de la fructosa y glucosa juntos es completamente seguro debido a la forma en que el cuerpo metaboliza estos azúcares simples cuando se combinan”, añadió el comunicado oficial.

El estudio del Dr. Gómez-Pinilla se realizó en ratas de laboratorio. Para el Dr. John White, experto en endulzantes y presidente de White Tecnical Research, este estudio es una versión exagerada y distorsionada de la dieta típica de las personas.

“Los estudios conducidos en ratas con frecuencias no se aplican a la psicología, anatomía y nutrición de los humanos. Una de las diferencias más importantes entre los humanos y las ratas es la estructura anatómica del cerebro, la aplicación al cerebro humano de la investigación en el cerebro de las ratas debe ser cuestionado”, declaró White.

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