Recortes al CCSF afectarán a los estudiantes más pobres

Serán los estudiantes con necesidades educativas básicas los más afectados por recortes económicos al City College San Francisco.

'El futuro... es nuestro', mural en el interior de CCSF Mission Campus.

'El futuro... es nuestro', mural en el interior de CCSF Mission Campus. Crédito: Ricardo Ibarra / El Mensajero

SAN FRANCISCO.- Ésta es ya es una de las ciudades más costosas para habitar en los Estados Unidos. Pero ahora también se ha vuelto de los sitios más caros para acceder a la educación pública.

No a la universidad privada, leyó usted bien: a la pública, en este caso el bachillerato.

El incremento en el costo del plan de créditos de City College San Francisco (CCSF) así lo demuestra: de $26 por unidad en esta primavera de 2012 a $46 cada clase en este verano a partir de agosto.

Los créditos son necesarios para acumularlos y poder asistir a la Universidad. Cada clase o unidad cursada proporciona al estudiante una cantidad determinada de créditos, necesarios por ejemplo para intentar ingresar a la Universidad de California en Berkeley o en San Francisco.

Pero como advirtió el jefe del Departamento de Estudios Latinoamericanos, Édgar Torres: “Hay clases que requieren de hasta tres unidades, por lo que ahora el estudiante va a pagar $138, en lugar de los $78 que habría pagado hace apenas un par de meses atrás por cursar una materia completa; casi el doble.

A Édgar Torres, doctor en antropología por la UCLA, le conmueve la situación, sobre todo cuando recuerda que en los años 70 el acceso al colegio comunitario era gratuito, y cuando llegó a costar $5 la discusión era volver al servicio sin costo.

Aún lo sostiene: “Tenemos que pelear por recuperar las clases gratuitas”.

Y lo explicó convencido por los recortes que vienen a CCSF, y que “van a atacar a todos, pero sin duda, a los estudiantes que necesitan cursos básicos de aprendizaje, como es la clase de Inglés como segundo idioma (o ESL, por su abreviación), que todavía se imparte de manera gratuita. O el GDE, para aquellos que fallaron en la secundaria o High School. O para los que ingresan a CCSF para aprender a convertirse en ciudadanos estadounidenses.

“Para los inmigrantes, cualquier cantidad de dinero es demasiado. Los colegios comunitarios sirvieron a la gente que perdía su trabajo y regresaba en búsqueda de nuevos conocimientos, era como una póliza de seguro, pero ahora estamos quitando eso. Para el Estado es una obligación que se le debe a los niños”, dijo Torres.

El problema, sostuvo Torres, es que el gobierno de California y de Estados Unidos, quieren enfocarse en los estudiantes de éxito. ¿Quiénes son esos?, le preguntó El Mensajero al profesor de estudios latinoamericanos: “Los que egresan: Para el Estado, los casos exitosos son los que egresan y salen a trabajar para pagar los student loans (préstamos estudiantiles)”.

En julio, la Comisión de Acreditación para colegios comunitarios (Accrediting Commission foro Community and Junior Colleges), señaló que el CCSF debería reponer una supuesta falta de liderazgo administrativo, de lo contrario, tendría que prepararse para cerrar en marzo de 2013.

Dentro de las oficinas de este colegio piensan diferente. La jefa del Departamento de Consejería para estudiantes de recién ingreso, María Heredia, asegura que el descontrol financiero viene desde los planes de recorte a educación, del gobierno de Jerry Brown en California y de Barack Obama en la administración de los Estados Unidos.

“El problema es fiscal. Empieza desde el estado, ya no recibimos los recursos de antes, entonces, si mantenemos los servicios al mismo nivel de antes no podríamos continuar, y por los recortes tenemos que cortar servicios o clases, en toda la ciudad”, expuso Heredia.

“El estado pide que vivamos dentro de nuestra capacidad económica y evaluar nuestros programas y clases. Si tenemos menos clases afecta a los estudiantes, porque no tendrán las clases que necesitan y competirán por las mismas clases para alcanzar sus metas. Y afecta a la facultad porque sin clases no hay empleos para los profesores o se les recortan horarios, y también esto afecta sus evaluaciones. Esto es como que no hicimos la tarea y ahora debemos hacerla doble”, apuntó Heredia.

La distribución de los recursos públicos para educación tienen a California en los niveles más bajos de Estados Unidos, en la posición 46, según un estudio de 2009 realizado por National Kids Count Program.

Según el estudio, mientras que el estado Wyoming distribuye $18,068 por alumno, California apenas desembolsa $8,667 por estudiante, al año.

Mientras, María Heredia compara la situación que enfrenta el CCSF con un hogar: “Si alguien pierde el empleo, necesita una reserva o un ahorro. Si no la tiene, hay un problema. Lo mismo para en una institución como ésta”.

Alguien que sabe de hogar es la ecuatoriana Martha Hidalgo, madre de 38 años y estudiante de contabilidad en Mission Campus.

Ella describió la sensación en aulas y pasillos de esta escuela: “La situación es bastante caótica, por el miedo de no poder seguir viniendo a clases sin crédito (gratuitas), y más los adultos que estudian y trabajan, y que además tienen hijos”.

“La gente se mide mucho el bolsillo”, agregó. “La economía no va bien para las familias: no hay trabajo, y lo que hace la gente mayor, más que nada los padres de familia, ya no toman las clases con crédito (con costo)”.

Martha Hidalgo planea continuar sus estudios en CCSF, aunque tenga que pagar. Finalmente, dice, “hay que seguir estudiando y esto sigue siendo mucho más barato que las escuelas privadas”.

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