‘Montañas’ de quejas por parque infectado

En Maywood protestan por las condiciones del Riverfront Park, tanto las áreas verdes como los espacios deportivos escasean.

El equipo de fútbol juvenil tiene que contentarse con jugar sobre el terreno lleno de desniveles.

El equipo de fútbol juvenil tiene que contentarse con jugar sobre el terreno lleno de desniveles. Crédito: Aurelia Ventura / La Opinion

Cada vez que Luis Orozco tiene que entrenar a su equipo infantil de futbol cruza los dedos para que ninguno de los niños se quiebre un tobillo o choque con la estatua del poeta Ruben Darío que se les atraviesa en su carrera con balón en pie, como si fuera uno más de los jugadores.

Los equipos a los que Orozco entrena son niños de entre cinco y 14 años que casi a la fuerza se han abierto un espacio en The Maywood Riverfront Park, inaugurado en 2008, en un área de 4 acres aledaña al Río de Los Ángeles, un tramo donde antes existían empresas industriales que dejaron el terreno contaminado y cuyo subsuelo aún está en proceso de limpieza.

“En la ciudad ésta es la única opción que tenemos”, dice Orozco.

El parque, ubicado en la esquina de Slauson y Alamo, cerca de la escuela primaria Heliotrope y la traficada autopista 710, una comunidad densamente poblada por familias en su gran mayoría hispanas, fue diseñado como un área verde con equipo de juegos infantiles, pequeños kioscos con mesas y bancas para pasar el día, un puente en miniatura y la estatua de Darío.

Ahí se han improvisado dos canchas de futbol: una sobre un espacio lleno elevaciones simulando pequeñas montañas, lleno de hoyos y hierba. La otra, donde juegan los niños menores, en un reducido espacio en el que tienen que sacarle la vuelta a la estatua de Darío .

En Maywood, una de las ciudades del sudeste de Los Ángeles, tanto las áreas verdes como los espacios deportivos escasean.

“No tenemos canchas, pero si tenemos estas montañas con toneladas de tierra inservible y causando serios problemas a la salud y a la seguridad”, explica Orozco apuntando hacia unas enormes lomas de tierra rodeadas por una valla metálica en un extremo opuesto al parque, sobre la avenida Walker.

Esas montañas ocupan el terreno de lo que sería la segunda fase del parque y de ahí -según los vecinos- salen ratas, topos y otros animales que con frecuencia se meten en sus residencias y causan estragos.

Los vecinos han pedido ayuda al Departamento de Salud del Condado de Los Ángeles, a la Ciudad de Maywood y otras autoridades, pero casi seis años después no han tenido una respuesta concreta. El condado apunta al gobierno local como responsable de retirar la tierra por ser propietaria del terreno, la ciudad alega no tener fondos para hacerlo.

Durante la construcción del parque, la tierra contaminada fue removida de lo que eran las propiedades de Pemaco y W.W. Herny y se trajo tierra limpia para cubrir un pie de la superficie. La tierra que se extrajo se acumuló y se cercó mientras era tratada. Una vez que EPA se aseguró de limpiarla entregó la propiedad a la ciudad de Maywood para incorporarla al parque existente.

En ese entonces se prometió a los residentes que el área ahora bardeada, donde opera el sistema de tratamiento del terreno y el agua subterráneos contaminados, serían parte del parque una vez concluido el trabajo de limpieza.

Los residentes, organizados en lo que llaman el Comité Esperanza, reclaman el espacio de la montaña como un lugar que la comunidad necesita para que sus niños practiquen deportes de una manera segura.

La parte del Riverfront que esta operando fue diseñada con desniveles con tierra adicional que la ciudad trajo para ese propósito y con el sobrante formó su propia montaña.

“Todo el mundo tiene derecho a jugar en el parque, pero este no fue diseñado para tener canchas de fútbol”, dice Aldo Pérez, director de Parques y Recreaciones de Maywood, indicando que desconoce como llegó la tierra ahí o qué se hará con ella porque es resultado de un proyecto que se inició cuando él aún no estaba a cargo del departamento. Además, dijo, la tierra se encuentra en un área que aún no ha sido desarrollada.

Jesús Aguirre, de Club Esperanza, explica que para que los niños no jueguen fútbol ahí porque ¨dañan el césped¨, el Departamento de Parques apaga la luz temprano.

“Jugamos hasta que la luz lo permite, el problema es que cuando empieza a oscurecer, quienes se apropian del parque son los muchachos que vienen a hacer cosas que no deben”.

Desde que la ciudad de Maywood desintegró su departamento de policía en 2009, el parque es vigilado por los agentes del Sherff de Los Ángeles.

“Es común, ellos no tienen la culpa, no tienen opciones para ocuparse de una manera sana”, dijo Aguirre. “Por las tardes, mientras los niños juegan, cuando empieza a oscurecer no se puede estar en este lugar por el olor a marihuana”.

“El asunto de las montañas de tierra es un proyecto que es un misterio para el actual personal y también para los contratistas actuales”, escribió Lilian Mayer, administradora de la Ciudad de Maywood, en un correo enviado a uno de los concejales y del cual La Opinion obtuvo una copia.

El concejal Tomás Martin ha propuesto que la ciudad actúe para remover la tierra, ya sea vendiéndola a urbanizadores que la necesiten para sus trabajos de construcción o regalándola a quien vaya a recogerla.

“Vender la tierra es algo que el personal revisó meses atrás pero eso es sólo un pequeño componente de un asunto más grande. La tierra fue comprada por la ciudad para rellenos en la segunda etapa del parque pero “como usted sabe nunca hubo un plan para financiar el desarrollo y este aún continúa sin fondos”, escribió Mayer en el correo electrónico, indicando que la segunda fase del parque será presentado al Concejo hasta el invierno, aun cuando reconoce que el vandalismo en el Riverfront Park es un problema continuo.

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