Puros ganadores en la Liga Interamericana
Todas las divisiones de la Liga Interamericana de Chicago tuvieron campeones, excepto la Mayor, en la que por vez primera fueron descalificados los dos finalistas, por una riña.
Chicago.- Trofeos gigantes, medallas y premios individuales a los mejores goleadores, porteros y jugadores, se entregaron en la pasada final de la Liga Interamericana de Fútbol de Chicago.
En la Primera División, los Rayos ocuparon el primer lugar, en Veteranos el Toros Neza, en mujeres CD Fénix, y en menores de 11 años el León es el campeón absoluto.
El campeón goleador de la División Mayor fue Arturo Soto, del Zaragoza, con 10 goles. El equipo goleador también fue el Zaragoza, con 42 anotaciones hechas y el menos goleado el Tapatío con apenas ocho tantos recibidos.
Mientras que en la Primera División, el goleador resultó Samuel Juárez, de Pachuca, con 14 goles.
En los veteranos, Eric Garmedia, de Toros Neza, tuvo 12 goles que le dieron el título de goleo; mientras que el Asturias, con 32 goles, fue el equipo más goleador.
En las mujeres, Ana Martínez, del CD Fénix, hizo 8 goles para convertirse en la reina rompe redes, y las chicas de CD Vagos, con 31 goles, fueron el terror de las porterías rivales.
En los niños, Carlos Velázquez, del León, fue el líder con 18 goles, y su equipo, con los 72 cañonazos a guardametas rivales se alzó con el premio del equipo más goleador para menores de 11 años.
En los 10 años, la niña Nayeli Guillermo, de Apetlanca, fue la mayor goleadora de esta división con ocho, y el Tapatío, con 38 anotaciones, fue el equipo que más veces venció al portero enemigo.
En un hecho inédito, y por vez primera desde la fundación de la Liga en 1983, los dos finalistas de la División Mayor Tapatío y Ciudad Hidalgo quedaron eliminados por una batalla campal entre porras y jugadores de ambos clubes.
Ciudad Hidalgo ya acariciaba el campeonato ante el favorito Tapatío 2-1, cuando en el último minuto un penal en el área puso los números 2-2.
El pleito inició cuando el árbitro pitó el final de los 90 minutos reglamentarios y como el partido estaba empatado a dos goles, era obligatorio ir a dos tiempos extras. Pero en ese instante las porras comenzaron a discutir, una pelea hizo que los árbitro se retiraran y más tarde se decretara ahí mismo que no había campeón por vez primera.