Cada vez más difícil manejar en California

El 66% de los principales caminos de California se encuentran en mal estado.

Con frecuencia  cambian las rampas de salida y de entrada en las distintas carreteras de Los Ángeles.

Con frecuencia cambian las rampas de salida y de entrada en las distintas carreteras de Los Ángeles. Crédito: J.Emilio Flores / La Opinion

De madrugada, Pablo Mijares ya está acostumbrado a circular por la Interestatal 5 con menos opciones en caso de emergencia, por las obras de rehabilitación en la maltratada carretera. “Los lunes sé que debo traer suficiente gasolina porque no faltan salidas que están cerradas”, dice.

Hace poco, recuerda, olvidó cargar combustible y terminó en el acotamiento. “Pasé por varias rampas clausuradas y tuve que seguir hasta donde llegó mi carro”, cuenta Mijares, quien vive en Santa Clarita, pero este mes tuvo un trabajo de construcción en el centro de Los Ángeles.

Ni los cierres nocturnos que efectúan las autoridades del transporte para reparar el dañado y lento sistema de carreteras de Los Ángeles han evitado empalmarse con los viajes de muchos conductores que recorren rutas extensas y desde muy temprano para llegar a sus centros de trabajo.

“Nos hacen dar vueltas por calles que ni conocemos y donde los cuellos de botella son inevitables”, mencionó enfadado Ulises Ortega, un residente de El Monte que sufrió la clausura completa de la transitada autopista 60, del 20 al 23 de agosto.

Cada día, los carriles se abrieron a las 6:00 a.m., pero él debe tomar camino hacia su fábrica desde las 4:45 a.m. “Ya te imaginarás cómo me fue”, señaló Ortega, uno de los miles de afectados del proyecto de reparación del pavimento de la 60, del bulevar Paramount a la calle Lorena, en el Este de Los Ángeles.

El costo de la obra, que concluirá a finales de este año, es de 14 millones de dólares. “Nuevo pavimento mejorará la movilidad y la seguridad de los motoristas”, afirmó el Departamento de Carreteras de California (Caltrans) sobre dicho proyecto.

A los automovilistas que deben cruzar por el oeste de Los Ángeles también les ha ido como en feria. No sólo han perdido por varias semanas las rampas de salida y entrada del bulevar Wilshire, en la carretera 405, sino que esperan que el tramo de la autopista 101 a la 10 sea cerrado totalmente en septiembre.

Los responsables del derrumbe del segmento en pie del viejo puente Mulholland dudan que este año los trabajos terminen 16 horas antes de lo proyectado, porque habrá más estructuras con las cuales lidiar, uno de los factores que podrían causar uno de los peores congestionamientos de los últimos años.

Y quienes circularon por el aeropuerto LAX pagaron el pasado 12 de agosto el costo de vivir en o visitar Hollywood. Un sentido de la autopista 105 fue cerrado por nueve horas por la grabación de una película.

Patrick Chandler, vocero de Caltrans, indicó que la dependencia sigue su tarea que mejorar las condiciones del camino en el área de Los Ángeles, pero que en decenas de obras en varias autopistas (5, 14, 60, 405, 134, entre otras) es inevitable cerrar carriles y rampas, o no causar inconvenientes.

Apenas la semana pasada, la agencia recibió un fondo de $745 millones para 118 nuevos proyectos en todo el estado, al menos tres en esta región. Pero suponen un ligero alivio comparado con el déficit de $10,000 millones que debe resolver este condado si no quiere que empeoren aún más las condiciones de sus vialidades, según un reporte de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles.

De acuerdo al grupo, el 66% de los principales caminos de California se encuentran en mal estado.

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