El show de Clint

La actuación de Clint Eastwood en la convención le hace poco favor al candidato Romney frente al electorado independiente

El candidato Mitt Romney debía ser la estrella de la noche en el cierre de la convención del Partido Republicano celebrada en Tampa, Florida. Pero Romney no contaba con que le iban a robar la película, y lo que debió ser una presentación digna de un premio Óscar para el candidato Republicano estuvo precedida y opacada por una comedia de baja ralea protagonizada por el invitado sorpresa a la convención, el actor Clint Eastwood, quien merece sin la menor duda un premio Razzie.

Eastwood realizó una especie de parodia en la que se dirigía a una silla vacía que imaginariamente estaba ocupada por el Presidente Barack Obama. En medio de esa parodia dijo que no era buena idea elegir a un abogado como Presidente, olvidando quizás que el mismo Romney tiene un título en leyes de la Universidad de Harvard. En otro momento criticó a Obama por apoyar la guerra de Afghanistán, olvidándose también que Romney declaró en su momento que aprobaba una estadía indefinida en aquel país.

En ocasiones, Eastwood pretendía que Obama lo agredía verbalmente y él le respondía. Dijo entre otras cosas dirigiéndose imaginariamente a Obama: “No me voy a callar, es mi turno”, “Yo no puedo hacerme eso a mí mismo”, y finalmente en un momento dijo “Que quiere que le diga a Romney? Yo no puedo decirle eso. Dígaselo usted mismo. Usted está completamente loco”.

El mensaje general del viejo actor, el tono, y el estilo arrancó las risas de los presentes en la convención. El discurso fue el reflejo de un ala del partido republicano que ha perdido el respeto completamente a la majestad del Presidente. Resulta simplemente vergonzoso y denigrante que se pretenda hacer una burla de la persona del primer mandatario.

Me pregunto si la campaña de Romney le dió carta blanca al actor para que prepare su discurso sin monitorearlo, o si simplemente los estrategas tuvieron conocimiento anticipado del contenido y les pareció apropiado.

Teniendo en cuenta los recurrentes errores que ha mostrado la campaña de Mitt Romney y el secuestro que los miembros del Tea Party han realizado de la agenda del partido republicano, no me extrañaría que hubo conocimiento previo del nefasto discurso que nos hizo recordar una de las mejores películas de Eastwood, “El bueno, el malo y el feo”.

Sobretodo por el feo espectáculo presentado por un legendario actor que lucía senil, desenfocado y confuso en sus ideas.

Sin duda el discurso de Eastwood habrá arrancado muchas sonrisas a los extremistas del partido, pero pienso que le hace poco favor al candidato Romney frente al electorado independiente que todavía no decide su voto, y frente a los republicanos moderados que no creo que vean con buenos ojos estas expresiones de comedia de mala calidad presentada por un ícono del séptimo arte.

Pero de alguna manera, al final se salvaron los muebles, con un discurso emotivo y agradable por parte del Senador por el Estado de la Florida Marco Rubio, y por una presentación final del propio Mitt Romney que creo que logró llegar positivamente al electorado estadounidense.

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