Revalorizar el trabajo

Los políticos de ambos partidos siempre alaban la extraordinaria productividad del trabajador estadounidense, sin embargo el beneficio de esta labor se ha ido distribuyendo de tal manera que hoy vivimos la mayor brecha de disparidad económica en la historia de Estados Unidos.

Esto no se produjo de un día al otro. Desde hace más de tres décadas han cambiado los elementos que habían forjado una sólida clase media. El poder adquisitivo del estadounidense se ha deteriorado y la culpa no es de la Gran Recesión.

Primero, la política impositiva dio un giro de 180 grados. En vez de centrarse en la demanda bajo el principio que esta es la que mueve la economía fue reemplazada por otra que enfatizaba el sector empresarial y el de mayor ingreso con la idea de que el beneficio del consumo y la inversión de este sector bajaba al resto de la población. Esta fue una feroz redistribución, que continúa hasta el día de hoy que perjudicó a la mayoría de los trabajadores.

Segundo, hubo una transformación en la ética empresarial en que había una relación en la compensación entre el jefe y el empleado. Por ejemplo, en 1965 un jefe ejecutivo de una corporación ganaba 26 veces más que el trabajador promedio, en 1980 fue 40 veces más, en el 2010 la diferencia llegó a 380 veces más. La distribución de las ganancias que paga la nómina laboral hoy exagera el valor de lo administrativo en perjuicio del trabajador.

A estos dos factores se le debe agregar el debilitamiento de los sindicatos que protegían el nivel de vida del asalariado y la globalización que desplazó al trabajador estadounidense en la búsqueda internacional de mano de obra barata. En ambos casos el argumento para esto es controlar el costo del producto pero esta filosofía nunca llego al nivel ejecutivo.

Esta política de abaratamiento de la mano de obra es una de las responsables de los problemas económicos de hoy.

La larga caída del poder adquisitivo del trabajador estadounidense, sumado el actual desempleo, impide que haya una demanda robusta que mueva la economía. El consumo de artículos de primera necesidad crea una base más estable que el suntuario de los sectores más pudientes.

Esta fecha de Día del Trabajo llega en plena campaña presidencial. Los dos partidos tiene ideas muy distintas de como enfrentar la crisis económica. Los votantes tienen que ser conscientes en las grandes diferencias de las propuestas.

Creemos que se debe revalorizar al trabajador tanto por su actividad laboral como su papel de consumidor.

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