• Busquen la oportunidad de hablar con calma y aclarar los malos entendidos, a la brevedad, de lo contrario, el problema puede hacerse mayor.
• Antepongan el respeto y amor que se tienen. Escúchense mutuamente con atención y sin interrumpirse, podrán darse retroalimentación cuando cada uno haya terminado de exponer su punto de vista.
• Muestren su buena voluntad cediendo cuando sea necesario, todo a favor de que las cosas salgan bien para las dos partes. Cabe aclarar que ambos deben ser honestos en lo que pueden aceptar de buena gana y sin que les implique un sacrificio extremo.
• Propónganse mejorar su comunicación, nada de quedarse callados o asumir que el otro debe tomar todas las decisiones. Hablen con libertad y confianza de que los acuerdos siempre llegarán, sobre todo, asuman como su estandarte a la prudencia y el buen juicio.
• Más que válido hacer su ritual de reconciliación, tan amoroso y creativo como la cabeza y el corazón les dé, pero no olviden que todo debe quedar perfectamente claro y solucionado, antes de darle paso al festín.
Los “don’t” de la reconciliación
Recibe gratis las noticias más importantes y más leídas diariamente en tu email