Sicilia se retira un tiempo de la Caravana por la Paz

Washington .- El poeta mexicano Javier Sicilia, que que cerró un viaje por todo EEUU con la Caravana por la Paz, se retirará “un par de meses” del movimiento que lidera, el MPJD, para volver a la vida académica y vivir el duelo que le causó la muerte de su hijo en 2011.

En declaraciones a periodistas tras un acto en el Senado de EEUU, Sicilia confirmó que planea abandonar durante un tiempo las actividades del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), que él lidera y con el que ha reunido en la caravana a decenas de familiares de víctimas de la violencia en México.

“Me voy un par de meses y regreso, y me incorporaré de otra manera al movimiento, pero estaré ahí”, señaló Sicilia, que ha pedido con su caravana un nuevo enfoque a la “fallida” guerra contra las drogas.

El poeta se confesó “muy cansado” tras vivir “un año y medio muy duro en el que ha tenido que “responder al dolor” que le causó la pérdida de su hijo Juan Francisco en marzo de 2011 y la “ineficiencia del estado mexicano, que permitió y propició a final de cuentas esa muerte, con su política de guerra”.

“Es un momento para mí, debo estar también con mi familia y vivir mi duelo, en realidad no he podido vivir la profundidad de este duelo”, añadió el líder del MPJD, quien no teme que el movimiento pierda fuerza sin su nombre en la cabecera.

“Creo que es tiempo de empezar a pensar en otros actores, en que los movimientos deben ser más horizontales, menos dependientes de una persona”, señaló Sicilia.

“Esa persona debe estar ahí, pero no con ese liderazgo, porque somos seres limitados: nos desgastamos, nos perdemos, a veces decepcionamos… Y uno no puede solucionar los problemas, pero seguiré siendo una presencia moral y para alimentar la vida del propio movimiento en este paso”, agregó.

Sicilia y los integrantes de la Caravana por la Paz cerrarán este miércoles con una vigilia un viaje que comenzó el pasado 11 de agosto en Tijuana (México) y les ha llevado por 26 ciudades de Estados Unidos, en un recorrido “muy duro”.

“Valió la pena. Se sembraron semillas y tenemos paz de conciencia, y nos vamos con el deber cumplido: hicimos lo que teníamos que hacer”, concluyó.