El nepotismo en la cúpula de la política

La nueva camada de líderes en México está en los hijos de funcionarios

El el exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira recibe el pésame de familiares y amigos por el asesinato de su hijo.

El el exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira recibe el pésame de familiares y amigos por el asesinato de su hijo. Crédito: AP

MÉXICO, D.F.- El asesinato de José Eduardo Moreira Rodríguez, de 25 años, hijo del ex gobernador Humberto Moreira y sobrino del actual mandatario de Coahuila, Rubén Moreira, echó por tierra un relevo generacional que se había iniciado como comienzan los hijos de políticos interesados en esta carrera: discretos y con un bajo perfil.

Este muchacho que murió a tiros el pasado miércoles era un funcionario menor en la jerarquía pública, pero mayor por el capital político de su trabajo como coordinador de Programas Sociales encargado de brindar los apoyos rurales a las comunidades y administrar la banca de las mujeres.

En sus manos estaba mejorar las banquetas, los pisos de tierra, la electrificación y el empleo; regalar calzado escolar, atender comedores y centros comunitarios, abaratar las medicinas y los uniformes escolares.

“Si el hijo de un político en México quiere incursionar en la política, el padre lo empuja de manera natural”, señala el analista político y legislativo Jorge Teherán, de la consultoría Hoja de Ruta. “Cada vez lo hacen de manera abierta porque antes era mal visto, pero ahora no importa tanto”.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se oponía a impulsar directamente a sus cachorros desde que el presidente José López Portillo (1976-1982) colocó a su “pequeño” José Ramón como subsecretario de Programación y Presupuesto; a su hermana como directora cultural y a una amiga íntima al frente de la Secretaría de Turismo.

Esta actitud de los priístas cambió después de su derrota histórica en el año 2000, después de 70 años en el poder. Ya como oposición, siguió el ejemplo del Partido Acción Nacional (PAN) que por años se manejó como una institución familiar: el padre de la primera dama Margarita Zavala fue legislador antes que su hija, por ejemplo.

De igual forma se acoplaron los izquierdistas, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano y otras fuerzas como Nueva Alianza (Panal) y el Verde Ecologista.

Los políticos encontraron varios caminos para lanzar al ruedo a sus herederos: iniciarlos en la función pública con cargos con responsabilidad moderada (caso Moreira) o en contiendas electorales de corto impacto como presidencias municipales: así creció políticamente Ney González. Su padre, Emilio González, fue gobernador de Nayarit, pero él empezó desde la alcaldía hasta llegar a la gubernatura.

Una tercera vía, quizá más sencilla, es tener una curul en el congreso por representación proporcional (plurinominales): sus lazos de sangre los colocan en las primeras posiciones de una lista que hace el propio partido.

Así llegaron a la anterior legislatura Alejandro Murat, hijo del ex gobernador de Oaxaca José Murat (PRI) y Claudia Corichi, el retoño de la ex dirigente del PRD y ex gobernadora de Oaxaca, Amalia García.

Actualmente, los hijos de Elba Esther Gordillo, líder del sindicato de maestros (Mónica Arreola); de Marta Sahagún, esposa del ex presidente Vicente Fox (Fernando Bribiesca); de Marco Antonio Adame (Juan Pablo); de Jorge González, fundador del Partido Verde (Jorge Emilio) y del exdirector del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes (Fernando).

Además, los vástagos de Bertha Luján, ex contralora General del Gobierno del Distrito Federal y Cercana colaboradora del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador (Luisa María Alcalde) y del del ex candidato presidencial por el Partido Nueva Alianza, Gabriel Quadri.

“Se trata de un problema de falta de normas en los partidos que desvirtúa el concepto de representación proporcional que busca dar voz a diversas manifestaciones políticas”, explica Jorge Javier Romero, politólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana. “Hay muchos abusos que impulsan el nepotismo”.

La práctica común del nepotismo también opaca carreras de mérito propio, observa Teherán, de Hoja de Ruta.

Eladio Ramírez, dirigente de la Confederación Nacional Campesina y senador tiene dos hijos que han sido diputados. Narcedalia se ha colgado de esta carrera: hoy es secretaria de asuntos indígenas del PRI; pero Luis Antonio ha destacado más en el ámbito financiero, aunque siempre con la sombra de su padre.

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