¿Quién se atrevería a gastar $100 millones en la adaptación de la historia de un joven que tras un naufragio termina en un bote a solas con un tigre?
La respuesta es Ang Lee, el cineasta nacido en Taiwán responsable de filmes como The Wedding Banquet, Sense and Sensibility y The Ice Storm, que pensó que esa sería la única forma de serle fiel a la novela original de Yann Martel, que ha vendido siete millones de copias y se ha convertido en uno de los libros más inspiradores y mágicos de los últimos años.
Life of Pi, que se estrena hoy en cines, narra la historia de supervivencia de Pi Patel (Suraj Sharma), un adolescente que creció en el seno de una familia en la India, que se ve obligada a mudarse a Canadá, con sus propiedades a cuestas.
Y estas son, entre otras, los animales de su zoo. El patriarca (Adil Hussain) considera que esa es la única forma de llevar adelante a los suyos y así se embarcan en un buque que los llevará al país americano.
Pero durante la travesía, este se topa con una feroz tormenta y se hunde, dejando como únicos supervivientes a Pi, un orangután, una hiena, una zebra y… Richard Parker, que es el nombre de un tigre.
Sobrevivir en tal situación requerirá de un milagro.
Ang Lee, también realizador de títulos tan aclamados como Crouching Tiger, Hidden Dragon y Brokeback Mountain, habló con ¡holaLA! de la producción y sus desafíos estéticos y narrativos.
El viaje emocional de Pi parece que haya sido para usted una combinación también emocional pero al mismo tiempo creativa. ¿Dónde encontró el balance?
Cuento historias, ese es mi trabajo como director. Lidiar con el aspecto técnico y lidiar con las emociones es lo normal. Pero este caso es diferente. El libro no es emotivo, pero sí es mágico y te deja sin habla. El desafío fue cómo presentar el razonamiento del relato, especialmente hacia el final, pero aún manteniendo las emociones. Eso fue duro. Lo técnico sirvió para enfatizar esas emociones y el viaje. Visualmente tengo que reflejar las necesidades del personaje y cuál es su espíritu, y para eso necesitas una herramienta técnica, y en este caso las tres dimensiones ayudaron porque permiten acompañar [a Pi] a un lugar muy especial.
Tranquilamente podría haber seguido el estilo del libro y hacer una película menos melodramática.
Eso sería un película independiente y minoritaria. Esta película es demasiado cara para eso.
¿Qué piensa que hay en el libro de Yanni Martel que ha llamado tanto la atención de la gente?
Creo que cuenta una fascinante historia detrás de la otra, que nadie puede demostrar que sea mentira o incierta, ni siquiera desde un punto de vista científico. Le pide al lector que se atreva a creer en un marco fantástico. Eso es fascinante. Y al final da un giro. Todo ello con sentido del humor… Tiene además un tono maduro pero ágil, lo que presenta otro desafío más a la hora de adaptarlo. La gente se lo pasa bien leyéndolo, al tiempo que lo encuentran inspirador.
Este es el debut de Suraj Sharma. Su actuación es muy intensa. ¿Cómo sabe dónde esta el límite de un actor tan joven y sin experiencia previa?
Eso es bueno para la actuación, pero como actor joven, debo cuidar de él, para no fastidiarlo… Pero esa intensidad es saludable, porque te pide ser honesto contigo mismo, te pide que te enfrentes a una situación dura, quizás a una pesadilla… Antes de que lo pase mal, lo veo, lo percibo. Al principio de mi carrera no prestaba tanta atención, pero ahora, con los años, especialmente con los actores más jóvenes, me preocupo, pienso por lo que pasan.
¿Qué fue más difícil, contar la historia o enfrentarse a los efectos especiales?
Lo más difícil fue el final. Es cuando descubres algo inesperado a la audiencia. Espero que la mayoría no se enfaden [risas]. Técnicamente no fue una pesadilla.
No creo que sea tan malo que la gente se enfade… Lo malo es cuando el público no reacciona… bien o mal…
[risas] Sí, quizás eso sea verdad, pero es una película muy cara con la que arriesgarse.
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