Lloran muerte de Óscar Niemeyer

El mundo de la arquitectura, las artes y la política reaccionó al fallecimiento

Óscar Niemeyer falleció el miércoles por la noche a los 104 años de edad.

Óscar Niemeyer falleció el miércoles por la noche a los 104 años de edad. Crédito: Notimex

El cadáver del arquitecto Óscar Niemeyer, fallecido la noche del miércoles a la edad de 104 años, fue embalsamado en la madrugada de ayer y permaneció en un hospital de Río de Janeiro desde donde tenía previsto partir en cortejo fúnebre a Brasilia, ciudad que ayudó a crear y en la que tiene lugar el velatorio.

Niemeyer “ha sido uno de los grandes maestros del movimiento moderno de la arquitectura y, en Sudamérica, uno de los grandes arquitectos, si no el más grande del siglo XX”, dijo la directora ejecutiva del Premio Pritzker de Arquitectura, Martha Thorne.

El arquitecto brasileño falleció diez días antes de cumplir 105 años de edad, “dejando tras de sí una carrera admirable, muy larga, con obras muy significativas y entregada siempre a la arquitectura”, señaló en una entrevista la también vicedecana de la Facultad de Arquitectura de la Univesidad del Instituto de Empresa (IE) de Madrid.

Niemeyer recibió en 1988 el Pritzker de Arquitectura —conocido como el Nobel de Arquitectura— “porque sus edificios destilan color, luz e imágenes sensuales de su país, Brasil”, recordó Thorne.

“Desde el punto de vista formal, sus edificios son muy llamativos”, añadió la directora ejecutiva del Premio Pritzker, que otorga la estadounidense Fundación Hyatt cada año.

“Las formas de los edificios no son gratuitas. Cuando Niemeyer diseñaba, intentaba buscar la poesía de la forma [del edificio] en armonía con el lugar en el que emplazaba el edificio teniendo en cuenta el paisaje”, indicó.

“Niemeyer ha sido un pionero en el uso de hormigón armado y el uso de los avances tecnológicos en la edificación así como la aplicación de nuevos conceptos formales en las ciudades de Brasil como el empleo de las líneas curvas en los edificios y el poder simbólico de la arquitectura”, añadió Thorne.

Por otro lado, “Niemeyer no ha creado una escuela. En el siglo XXI se usan distintas tecnologías con respecto a las que él empleaba y, también, han surgido nuevas demandas en la sociedad. Aunque, de todas las maneras, su influencia ha dejado huella en muchas personas,” dijo.

A pesar de su prolífica carrera, sobre todo, en Brasil, Niemeyer (Río de Janeiro, 1907) es más conocido por la ciudad de Brasilia, recordó la directora ejecutiva del Pritzker.

En Brasilia, Niemeyer creó los palacios presidenciales de Planalto y da Alvorada, la sede del Senado y la Cámara de Diputados, entre otros edificios.

“El arquitecto realizó gran parte de los edificios de Brasilia, ciudad cuya planificación fue trazada en gran parte por [el arquitecto y urbanista brasileño”, Lúcio Costa, ha señalado.

En Brasilia se percibe a Niemeyer como “un arquitecto que genera un paisaje nuevo creando una ciudad nueva, optimista y que mira hacia el futuro”, apuntó.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, fue una de las primeras en lamentar la muerte del arquitecto, al que calificó de “revolucionario”.

La jefa del Estado dijo que “su historia no cabe en las planchetas” de arquitectura y agregó que “pocos soñaron tan intensamente e hicieron que tantas cosas ocurrieran como él”.

El legado de Niemeyer, eternizado en numerosas obras que diseñó en Brasil y en otros países de América, Europa, Asia y África, fue recordado por la mandataria, quien dijo que a pesar de ser un “nacionalista”, Niemeyer se convirtió en “el más cosmopolita de los brasileños”.

Rousseff, que ayer no escatimó en elogios para el arquitecto, dispuso el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo brasileño proyectado por el propio Niemeyer, para albergar esta tarde el velatorio de uno de los brasileños más universales de todos los tiempos.

La gobernación de Río de Janeiro y la alcaldía declararon ayer duelo de tres días en memoria del arquitecto.

Por su parte, Norman Foster, premio Pritzker 1999, indicó ayer que “ha recibido con mucha tristeza la noticia de la muerte de Óscar Niemeyer”, ya que el arquitecto brasileño fue “una inspiración” para él y “para una generación de arquitectos”.

“Poca gente ha podido estar con sus héroes”, añadió el arquitecto, que se alegra de “haber tenido la oportunidad de haber estado con él en Río el año pasado”.

“Para los arquitectos del Movimiento Moderno [de la Arquitectura], él cuestionó lo aceptado e invirtió la norma de que la forma sigue a la función”, señaló.

“Niemeyer demostró, en cambio, que, cuando la forma crea belleza, ésta llega a ser funcional y, por tanto, fundamental en la arquitectura”.

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