Latino el remedio contra la obesidad infantil

En Estados Unidos, los niños latinos tienden a ser obesos y esto se puede contrarrestar adoptando una dieta más afin a nuestra cultura

Estudiantes plantan verduras y hierbas en el jardín de la escuela primaria Loreto Street, en Los Ángeles, reconocida por promover la nutrición y la actividad física.

Estudiantes plantan verduras y hierbas en el jardín de la escuela primaria Loreto Street, en Los Ángeles, reconocida por promover la nutrición y la actividad física. Crédito: Aurelia Ventura / La Opinión

Uno de cada cinco niños hispanos criados en Estados Unidos es obeso.

Esto significa que tienen exceso de grasa en el cuerpo, contrario al sobrepeso, que implica pesar demasiado. El peso puede ser resultado de la masa muscular, los huesos, la grasa y/o el agua en el cuerpo.

Ser obeso aumenta el riesgo de padecer múltiples enfermedades. Para evitarlo, se recomienda perder por lo menos de 5 a 10% del peso.

Volver a nuestras dietas tradicionales, como lo dictaba la sabiduría de nuestras abuelas y confirman varios estudios científicos, puede ayudarnos a evitar la obesidad en nuestros hijos.

Comer huevos “a la mexicana” en el desayuno o una sopa “aguada” antes del almuerzo o la cena, hace la diferencia en la tarea de perder peso, según un estudio de Kaiser Permanent Center for Health Research divulgado en el Journal of Immigrant and Minority Health.

Una alimentación rica en vegetales, cereales y frutas es característica de muchos países latinoamericanos y podemos recuperar esos hábitos:

  • Sustituya los frijoles refritos con frijoles negros o pintos enteros.
  • Sirva frijoles cocidos o de la olla en lugar de refritos. Para darles sabor, agrégueles especias como hojas de laurel y otras tradicionales.
  • Sustituya la manteca de cerdo por mantequilla o manteca hecha a base de aceites de oliva o vegetal. Estos aceites tienen grasas que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares inhibiendo la acumulación de colesterol en el cuerpo.
  • Hornee sus propios totopos (chips) y use tortillas de trigo entero para hacerlos más crujientes y sabrosos. Esto le ayudará a reducir grasas y calorías.
  • Ase a la parrilla u hornee en lugar de freír para reducir la cantidad de aceite que ingiere.
  • Para las salsas, use yogur natural en lugar de crema. Hay yogurts con la misma consistencia que la crema.
  • En lugar de sal, use más especias como el comino, pimientos, polvo de pimiento dulce, salsas de chile, ajo, cilantro y perejil. Limite el consumo de sal a menos de una cucharadita por día.
  • Beba agua en lugar de refrescos gaseosos. Agréguele sabor al agua con unas hojas de yerbabuena, perejil o rodajas de pepino o limón.
  • Beba más aguas frescas; use frutas como piña, sandía, melón, guayaba y mango. Agrégueles canela para darles sabor y reducir el uso de azúcar.
  • Los niños deben comer cereal sin azúcar agregada. En su lugar pueden ingerir cereal caliente y agregarle frutas de la estación como manzanas, duraznos y fresas.
  • Ofrezca frutas como postre. Hornee manzanas, sirva plátanos espolvoreados con canela y nueces, sandía con chile en polvo y limón y papaya con limón.

La actividad física es un componente esencial para llevar un estilo de vida saludable. Al combinarla con una buena nutrición en la rutina diaria, se pueden prevenir varias enfermedades crónicas en los niños, incluidas las del corazón, cáncer y ataques cerebrales; tres de las principales causas de muerte. La actividad física ayuda a controlar el peso, desarrollar músculos y articulaciones, reducir la grasa y fortalecer los huesos.

Los niños necesitan 60 minutos diarios de actividad física (de moderada a intensa). Para ayudarlos:

  • Ofrézcales juguetes como pelotas, cometas y una cuerda para saltar.
  • Motívelos a que se inscriban en una actividad deportiva o introdúzcalos a una actividad física nueva.
  • Limite el tiempo que ven televisión o usan otro aparato electrónico que no requiere que se muevan. Más bien, trate de que su familia sea más activa: pruebe nadar en la piscina del club de su barrio, o busque un parque cerca de su casa para montar bicicleta, correr o caminar.
  • Realicen en familia cambios pequeños como, por ejemplo, usar las escaleras en vez del ascensor o caminar a la escuela.
  • Promueva las actividades físicas después de las clases y asegúrese de que el niño duerma lo necesario.

Nuestra tradición es rica en alimentos sanos como el maíz, la quinoa, la papa, el tomate, el amaranto y el aguacate. Y también disfrutamos de frutas deliciosas, como la papaya, la guayaba, la fruta de la pasión o maracuyá, la piña, la guanábana.

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