El internet es un lugar donde también se puede encontrar el amor

La internet es un lugar que puede funcionar para encontrar el amor.

María M. Sánchez conoció hace más de cinco años a su actual marido.

María M. Sánchez conoció hace más de cinco años a su actual marido. Crédito: <copyrite> Cortesía de María M. Sánchez</copyrite><person> EFE< / person>

Rosa (nombre ficticio), editora española de 33 años radicada en Santiago de Chile, se ha dedicado más a dejarse conquistar que a “atacar” en la red.

Para ello esperaba a que fueran los hombres quienes le escribieran; miraba si le interesaban o no por la descripción que ponían en sus perfiles, por su edad y su pinta. Consciente de que estos datos no eran más que información superficial de lo que de verdad había detrás, Rosa se metió en el juego de la seducción virtual en varias ocasiones.

“Lo primero era hacerles contestar un cuestionario bastante divertido que creé para medir su sentido el humor —algo básico para mí— y para ver cómo escribían, esencial para una editora, y también para descartar posibles psicópatas”, comparte Rosa en entrevista.

Si alguno llamaba su atención positivamente y sus faltas ortográficas no le ocasionaban desmayos, intercambiaba una serie de mensajes mucho antes de dejarse convencer para un posible encuentro cara a cara.

En su caso, la única “relación” más duradera (siempre en internet) fue con un hombre al que conoció a través de una página de contactos (www.datingchile.cl).

Otra historia distinta, y más tierna, es la de María M. Sánchez, 31 años. No es para menos, sucedió todo tal como lo había soñado.

De profesión contadora, Sánchez vive hoy con su marido y su hijo de casi dos años en Buenos Aires, Argentina. Conoció a su actual pareja, fabricante en el sector textil, por internet en agosto de 2007. Están esperando a su segundo hijo.

María narra cómo se inició el romance. “Nos contactamos mediante la página web Sexy o no. Entre muchas fotos, la única que yo elegí fue la de él. Los demás hombres que me buscaban no me atraían para nada. Una vez que cruzamos los datos, seguimos chateando a través del Messenger de Hotmail”.

Le llamaron la atención sus ojos, la mirada y la dulzura. Después de un intercambio intenso de mensajes todos los días y a todas horas, decidieron encontrarse en un bar de la capital argentina.

Por precaución, María avisó a todos sus amigos. “Me daba miedo estar allí con un desconocido. Apenas llego no paró de mirarme. La cita duró cinco horas y terminó con un beso inolvidable”.

A los seis meses de esta declaración de amor, estaban viviendo juntos. Hace dos meses se casaron en una ceremonia mixta “llena de magia y de amor, como nuestra relación”, confiesa la joven.

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