Escándalo empaña al candidato mexicano al papado

El cardenal Norberto Rivera, de 66 años, fue uno de los cardenales electorales del cónclave de 2005, cuando ascendió al papado Joseph Ratzinger, poco antes de ser blanco de persecuciones judiciales por encubrimiento de pederastia

El cardenal, Norberto Rivera Carrera oficia la misa dominical en la Catedral Metropolitana de México D.F.

El cardenal, Norberto Rivera Carrera oficia la misa dominical en la Catedral Metropolitana de México D.F. Crédito: Notimex

MÉXICO, D.F.- Una turba de 300 personas irrumpió la misa de medio día en la Catedral Metropolitana y entre empellones se abrieron paso para que el cardenal Norberto Rivera escuchara los insultos que desde el verano de 2006 retumban en la carrera del arzobispo mexicano rumbo al Vaticano, con casi nulas probabilidades de ser el sucesor de Benedicto XVI.

Rivera, de 66 años, fue uno de los cardenales electorales del cónclave de 2005 cuando ascendió Joseph Ratzinger, poco antes de ser blanco de persecuciones judiciales por encubrimiento de pederastia y ataques verbales por su presunta intromisión en la vida política del país.

Hoy entre los portales de apuestas, los pronósticos le dan 33 a 1 de posibilidades en contra para ser el Sumo Pontífice.

Se enfrenta a poderosos e inteligentes rivales que se ubican como favoritos como los arzobispo de Milán, Angelo Scola, o el de Nueva York, Timothy Dolan. Incluso los brasileños João Braz de Avis, de 65 años, y Odilo Pedro Scherer, de 63 años están mejor posicionados.

En México, las predicciones van en el mismo sentido, o peor. “No tiene ninguna posibilidad”, acotó el sacerdote Gonzalo Baldera, del departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Iberoamericana.

“Sus vínculos con Marcial Maciel, fundador de la orden de los Legionarios de Cristo -acusado de violar a decenas de niños- no le permiten ser apoyado por ningún grupo de la iglesia católica”.

Amén de estas relaciones, Rivera enfrentó durante seis años a una corte de Los Ángeles que pretendía llevarlo a su jurisdicción para juzgarle por encubrir al cura Nicolás Aguilar a quien se le acusa de violar sexualmente a alrededor de 100 monaguillos y feligreses menores de edad en México y California.

El Arzobispo Primado de México ha evitado hacer declaraciones a la prensa sobre el tema y mantiene hasta la fecha un bajo perfil que no tenía anteriormente.

“Hay que reconocer que el cardenal está atrapado en un debate esquizofrénico de la función de la religión en el país: aquí la iglesia ni siquiera puede tener un canal de televisión porque lo prohíbe la ley y sin canales de comunicación directos la realidad es que los jóvenes ni se enteran de lo que dice el cardenal en la misa”, observó José Molina Ayala, del Instituto Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Pero más allá de la mala fama por los que empañaron la imagen del castolicismo, los analistas religiosos como Balderas observan otras causas para descartar al sacerdote mexicano como futuro papa.

“A Norberto Rivera le faltan credenciales como teólogo y como pastoral para competir: hoy la jerarquía católica en México es absolutamente ajena a los problemas sociales de pobreza y desigualdad, no ha destacado por su valentía para denunciar el pecado social”, detalló Balderas.

“La Iglesia Católica tiene ahora más bien una mirada global: “La evangelización en China o el incremento del catolicismo en África tienen mayor prioridad que un país de fieles cautivos”.

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